Opinión

Libros y lecturas

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Cemí de algodón debe volver

 

Hay libros que llaman a movilizar la sociedad. Libros que son un llamado y que comportan una urgencia vital. Acaba de salir uno que plantea una acción nacional oficial urgente, por la vía de los ministerios de Relaciones Exteriores, Turismo y Cultura, para que se devuelva al país el cemí taíno de algodón, reubicado y redescubierto por Bernardo Vega, a quien el país no tendrá nunca forma de reconocer por haberlo ubicado, en el hoy cerrado Museo Antropológico y Etnológico de Turín, Italia.

El suceso científico-histórico-bibliográfico del actual momento cultural dominicano tiene un nombre: Bernardo Vega y su compilación editorial que ha puesto en forma de libro el redescubrimiento del único cemí taíno de algodón, conocido y conservado y que, lastimeramente, se encuentra en un cerrado museo europeo.

El libro con un contenido valioso y que requiere de un espacio mucho mayor que el de esta columna, para presentar su contenido, es una publicación institucional que ahora es procurada por el interés de su tema, la consistencia que ha mostrado Vega frente a este objeto de valor infinito y los numerosos estudios, editoriales y artículos que generó su redescubrimiento.

Se trata del único cemí taíno de algodón que se conserva en el mundo, que rompe los patrones plásticos de los indígenas, que se ha conservado a pesar de estar hecho en un material tan deleznable y susceptible al paso del tiempo como es el algodón y que hoy está en una bóveda de un museo cerrado en Turín. Hay libros que son más que libros. Son un desafío y una tarea ineludible: lograr que esa pieza repose en la tierra en que fue elaborado por los indígenas caribes, y que fue encontrado en El Maniel, San Cristóbal probablemente a final de los años 1800, y que pasó a ser propiedad de la familia del almirante Juan Bautista Cambiaso, de origen italiano y fundador de la Armada Dominicana. Un miembro de esa familia se lo llevó a Italia y de alguna forma llegó a ser parte del Museo Antropológico y Etnológico de Turín, hoy, según los reportes, cerrado por la crisis que abate las instituciones culturales italianas.

El libro que acaba de publicar Bernardo Vega, edición de la Academia Dominicana de la Historia, debe remover las decisiones políticas del Estado, comenzando con la del presidente Danilo Medina, para disponer un plan a ejecutar por la embajada dominicana en Italia, para lograr que esa pieza, que no ha sido vista por más de diez dominicanos (el propio Bernardo Vega, José Rafael Lantigua (exministro de Cultura), José Mármol, Soraya Lara y Miguelina Hernández) y que la pieza única de nuestra historia, retorne.

Con el cemí taíno de algodón, que se pone en común con este libro que compila los principales estudios que se han hecho sobre el mismo y en que resalta el aporte de Bernardo Vega como la persona fundamental para ubicarlo, se impone lograr la restitución de un bien cultural dominicano extraordinario y que actualmente ni los mismos italianos pueden disfrutar. Vega, que se apasionó por los años 70 en dar con el paradero de este preciado objeto funerario , hizo una labor antropológica y detectivesca que se estimuló cuando, a pedido suyo, recibió todas las fotos de piezas antillanas de Museo Británico y una de ellas correspondían a esta reliquia.