Ogún
Título: Ogún; autora: Amarilis del Carmen Cueto Cabrera; genero: cuento; temática: fantasía, cultura, antropología; prólogo: Ángela Hernández; edición: Editora Santuario; impresión: no indicada; fotografías: Amarilis del Carmen Cueto Cabrera
Uno de los secretos mejor guardados del Banco Central de la Republica Dominicana, son sus programas en favor de sus empleados, (sobre todo por medio de su Voluntariado Bancentraliano) y en especial de sus pensionados. Y una de esas labores es la de canalizar y perfeccionar vocaciones no desarrolladas y potencialidades descubiertas.
Una de esas labores de extensión es la del Taller Literario de Jubilados y Pensionados del Banco Central, a la cual muchas personas se acercan, cultivan y perfecciones vocaciones que tuvieron, pero que no habían encontrado las condiciones para elevar la consistencia de los talentos.
Amarilis Cueto, economista y master en alta gerencia, tras trabajar durante 24 años en el BC, pasó al estatus de pensionada y se acercó a los talleres de literatura y fotografía, y mire que resultó una de las mejores aprovechadoras de la instrucción, dando como resultado una carrera como escritora y creativa fotógrafa.
Ella, con su actitud, ha derrotado la modorra y el conformismo, y condicionamiento que regularmente la llegada de esa edad crepuscular o tercera edad, como se le quiera llamar.
Ogún es el libro de cuentos que acaba de sacar y que explora en las raíces antropológicas de la cultura afrocaribeña, en el que logra llevar al lector, con el desarrollo de un narrativa apasionada, detallada y documentada, por las vidas y la vivencias de personajes intrincados en esa dimensión en la que desfilan, los semidioses negros, los baquiní, el canto del colibrí, el ritmo de caderas que enciende el Gaga, y lo hace con pasión, con disciplina literaria, conformando un mosaico humano y paisajístico que invita a ser recorrido y descubierto en sus ángulos.
La calidad de estas narraciones breves revela que la autora ha tomado muy en serio su vocación, y sirve de ejemplo para quienes, guardando para si mismos el talento de escribir, no se atrevieron a dar ese primer paso: publicar tras recibir formación y afinar sus destrezas de narración.
El país debería tener en Amarilis Cueto el ejemplo de productividad artística, descartando una despedida a las aspiraciones, vocaciones, potencialidades. Es esta una mujer artista que ha sabido imponer su creatividad, la que ha desarrollado justo cuando la vida le ofreció la oportunidad.
El mejor de los cuentos es Baquiní, una pieza que debe ser vista por los narradores de antes y los de ahora, para encontrarse con un acento serio y fresco, que vincula los recursos de cuento para sembrar una estela de respeto en los medios literarios.
Cueto incluye un conjunto de fotos propias, a modo de reforzamiento iconográfico, de sus narraciones, pero lastimeramente faltó buen criterio y cuidado de edición por que la reproducción de una buena foto, si queda oscura, echa a perder la intención inicial.