Postales de Miguel Mena
(Antiguas tarjetas postales dominicanas de la Colección de Miguel D. Mena. Bernardo Vega: Edición y textos; Academia Dominicana de la Historia. Rosario Flores Paz: Cuidado de Edición; Ninón de Saleme: Diseño y arte final; Amigo del Hogar: Impresión. 106 páginas. Características editoriales: impreso interior en papel satinado calibre 100. Cubierta con camisa exterior en cartonite mate con solapas posterior y anterior, Dimensión 7. X 9 pulgadas).
Miguel D. Mena es un fenómeno editorial que, y en ello él tiene la boca llena de razones, ha sido el gran ignorado de la crítica y la crónica literaria muy a pesar de la consistencia de su trabajo desde su colección Cielo Naranja y su trabajo como urbanista, productor y compilador de textos, sus proyectos editoriales de gran calado y sus artículos sobre la vida urbana y cultural de la República Dominicana, incluido quien escribe.
Las postales son efectivamente un recurso documental desde el punto de vista histórico que “congelan” vistas y panorámicas de situaciones, personajes y locaciones que permiten una mirada de los aspectos que presentan, convocando a la imaginación a retrotraerse a aquellos tiempos, determinando diferencias, modificaciones y procesos concretados en referencia a la visión que esos mismos ambientes y personas, tienen al día de hoy.
Geografía física, medio ambiente, arquitectura, modas, modos de transporte marítimo, aéreo, terrestre y otros aspectos pueden ser estudiados y comparados, ayudando a la comprensión de los tiempos pasados, rescatando información que de otro modo pasaría inadvertida.
La base tecnológica de la postal es la fotografía y el esfuerzo humano de fotógrafos que tuvieron el acierto de captar esos aspectos.
Miguel D. Mena, sociólogo, urbanista y pensador cultural, ha mostrado una coherencia admirable en la recolección, conservación y divulgación de este patrimonio, utilizando conferencias, une sus esfuerzos a la actitud generosa de Bernardo Vega, historiador y economista, de una labor de divulgación histórica sencillamente extraordinaria y que tiene entre sus prendas profesionales el hecho de entregar a la sociedad cuanto produce, sobre todo desde su condición de presidente de la Academia Dominicana de la Historia.