Opinión Articulistas

Líneas paralelas

Líneas paralelas

Juan Taveras Hernández

Por momento siento que el Partido Revolucionario Moderno y el gobierno que encabeza el presidente Luís Abinader, son como líneas paralelas que, en el escenario político, nunca se encuentran, que lamentablemente han tomado caminos distintos. El PRM es el partido de gobierno, pero el gobierno no parece pertenecer a ningún partido.

Extraño, ¿no?
El gobierno surge de la victoria del PRM, pero no actúan al unisonó, no hay coherencia, ni unidad en la práctica de los principios que lo llevaron a gobernar.
La política no está al mando.

La herencia maldita que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), le dejó al PRM, de tendencias, divisiones, luchas intestinas, ambiciones desmedidas, malquerencias, etc., amenazan la estabilidad en el partido oficialista, y, de paso, su mantenimiento en el poder, si continúa trillando el camino de la indisciplina y de espíritu de cuerpo que hoy lo caracteriza.

El PRM está fraccionado. El gobierno también, a pesar del esfuerzo sobrehumano que cotidianamente realiza el presidente Abinader a lo largo y ancho del territorio nacional. Vemos a un presidente inaugurando obras importantes en todos los pueblos. La capacidad de trabajo que exhibe el mandatario es impresionante.

La mayoría de los funcionarios pueden seguirle los pasos, casi inhumano, de lunes a lunes, sin tomarse un día de asueto. Para el presidente no hay fines de semana, Navidad, Semana Santa. Cumpleaños, día de las madres, del padre. Para él todos los días son iguales.

Si los ministros, viceministros, directores generales, de organismos centralizadas y descentralizados, trabajaran como Abinader, los niveles de crecimiento y desarrollo del que hablan los organismos internacionales fueran mayores. Pero no, en el gobierno hay muchos vagos; funcionarios que no funcionan.

Un oficial de alto rango me decía uno de estos días su preocupación por lo que sucede “más en el partido que en el gobierno, precisamente porque el presidente Abinader trabaja para el pueblo, pero muchos de sus funcionarios trabajan para ellos mismos, no para el gobierno ni para el partido, solo les interesa acumular riquezas chupando la teta del Estado”.

“En el PRM están haciendo todo lo posible para perder el poder. En una rifa de cien números muchos dirigentes están jugando los cien números para sacarse el premio mayor, que no es otro que perder las elecciones y ser echados a patadas del poder”, me comentó.

El PLD se mantuvo en el poder mientras se mantuvo unido a pesar de las diferencias y contradicciones cada vez más fuertes, porque entendieron que era mejor “arriba con presión, que abajo con depresión”.