Editorial

Listín

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Listín Diario arribó ayer a su 133 aniversario, periódico que asume la modernidad con entusiasmo y promueve con tesón el novedoso concepto de prensa híbrida que vincula la reciedumbre del periodismo tradicional con la intrepidez de la comunicación digital.

Como si hubiese nacido ayer, el fraterno matutino corretea en el espacio virtual sin ceder ni perder ni un ápice de su esencia y conciencia que lo han caracterizado como el referente de periodismo vertical que refleja en sus ediciones impresas.

En el mundo de hoy, en el que el ruido mediático suele disfrazarse de información veraz, Listín se inscribe entre los periódicos que centran su atención en el porqué de las cosas, para fijar la verdad en todo hecho o suceso que recorre el universo digital a mayor velocidad que la luz.

Desde su primera edición, el 1 de agosto de 1889, ese diario ha desempeñado un rol protagónico en defensa de la democracia, las libertades públicas, incluido el derecho a la libre expresión, así como su firme rechazo a toda forma de intervención foránea.

Sufrió en carne propia la represión de una tiranía sin ejemplo que forzó su cierre por más de un decenio, hasta que en 1963 retornó a su rol de escudero de la democracia con sus puertas y ventanas abiertas de par en par al libre ejercicio de una prensa plural.

La prensa de hoy interactúa en un universo digital y ante una sociedad que reclama derechos inalienables como educación, salud, vivienda, empleo, seguridad ciudadana y transporte, por lo que medios como Listín Diario son esenciales para acoger y promover quejas, denuncias y propuestas de soluciones a esos males.

El cumpleaños del Listín representa un motivo de regocijo para la sociedad toda, en especial para el diarismo nacional que reconoce en ese centenario medio de comunicación un gran faro de periodismo valiente y comprometido con los mejores intereses de la nación.

El Nacional felicita al colega de la mañana por tan feliz ocasión, en las personas de su director, Miguel Franjul, del presidente de la Editora, Manuel Corripio Alonso, y a todo su personal.

El Nacional

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