Editorial Opinión

Locura

Locura

Durante lo que va de año en Estados Unidos se han registrado 68 tiroteos masivos, incluido el del sábado en Alabama donde murieron cuatro personas, con un registro de 108 muertos en matanzas perpetradas en los lugares de trabajo de los atacantes, comercios, restaurantes, bares, universidades y escuelas.

En los primeros 45 días de 2023, en territorio estadounidense han muerto 9,885 personas a causa de disparos con armas de fuego, de los cuales 4,209 han sido por agresiones y 5,676, por suicidios, pero la poderosa Asociación Nacional del Rifle minimiza esa orgía de sangre.

En vez de acoger la propuesta de la Casa Blanca para que se apruebe una ley de control de tipos de armas de combate, que hoy se adquieren con gran facilidad, el gobernador de la Florida y aspirante presidencial, Ron DeSantis, promovió una dispensa para permitir en ese estado el porte de armas sin restricciones.

A pocos días de la matanza perpetrada en una escuela de Nashville, donde perecieron tres niños y tres adultos, la Asociación del Rifle celebró su convención anual, entre cuyos oradores figuraron el expresidente Donald Trump y el gobernador DeSantis, ambos opuestos a restringir el porte y tenencia de armas.

Llama la atención que más de un 50 % de los casi 10 mil muertos este año por disparos de armas de fuego, corresponden a suicidio, ominosa señal de que la salud mental está en declive en Estados Unidos en la misma proporción que la violencia se recrudece.

Cinco años después del asesinato de 17 estudiantes y profesores en Marjory Stoneman Douglas High School, en Parkland, Florida, el gobernador de ese estado firma una ley que permitirá a los ciudadanos portar armas de manera legal sin permiso alguno, ni aun la verificación de antecedentes penales.

En una nación donde más gente se suicida que las que fallecen por asesinato, con el reporte este año de más de cien muertos en masacres perpetradas por gente que compra en tiendas metralletas o fusiles como si fuera una pieza de pan, resulta imposible restringir por ley el porte de armas de fuego.

La solución planteada por la Asociación del Rifle para contener el río de sangre es el de colocar policías armados en todas las escuelas de Estados Unidos, lo que habría que incluir a las universidades, centros laborales, iglesias, cines y en cada hogar. La locura comienza por esa poderosa entidad promotora de violencia y muerte.

El Nacional

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