Opinión

«Los Ayatolas”

«Los Ayatolas”

La sola mención de las palabras aborto, homosexualidad, condones, provoca que los auto proclamados guardianes de la moral, afloren en los medios con una sarta de sandeces parecidas a las utilizadas en la década de los 80s por la guardia de la revolución en Irán, cuando la religióny la política se acoplaron para imponer allí, una dictadura teocrática todavía vigente.

El tema que ahora inquieta a nuestros Ayatolas, es la propuesta de Ley de Educación Sexual, y sin importarles el alto número de embarazos en adolescentes y las altas tasas de muertes maternas se apoyan en preceptos bíblicos y recientemente en la constitución del 2010, para oponerse a que los jóvenes y adolescentes reciban una educación integral que incluyainformación sobre la abstinencia, comportamientos de riesgo, y sobre el uso de condones.

El bloque legislativo hasido desde siempre el espacio predilecto para imponer sus fanáticas concepciones sobre la sexualidad, y para ello no vacilanen chantajearlos primero con impedirles la entrada al cielo y segundo con boicotear sus aspiraciones políticas en la tierra.

Curiosamente, los candidatos objetados por las iglesiasen las elecciones pasadas, todos salieron electos, aunque no estoy seguro si entraran al cielo.

Entre sus estrategias para oponerse al proyecto de ley, llevaron al congreso a una supuesta «guerrillera convertida», que resultó ser una mitómana, que asumió como proyecto de vida, pasearse por el mundo develando el imaginario plan conspirativo de Naciones Unidas contra el «Plan Infinito», inspirado en lapercepción de que la sexualidad es pecaminosa y solo debe ser practicada para reproducirse.

Con excepción de nuestros Ayatolas, todos lo que alguna vez fueron jóvenes, están conscientes de que la abstinencia no puede ser la única respuesta, que hay jóvenesque inician una vida sexual temprana y que para ellos, solo nos resta informarlos y poner a su disposición los condones que han probado ser efectivos previniendo los embarazos y las enfermedades de transmisión sexual.

El Nacional

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