Jugadores infantiles en uno de los campeones de fút bol que se celebran en el país con gran brillantez.
La vida es una sucesión de lecciones que uno debe vivir para aprender”.
Waldo Emerson
“El tiempo que se disfruta es el verdaderamente vivido”.
Jorge Bucay
Los clubes deportivos y culturales tienen que jugar su rol en la lucha por la transparencia.
Además, sus directivos, miembros, asesores, colaboradores y voluntarios, deben estar preparados y unidos para enfrentar cualquier sector que desee hacerle daño, incluyendo a políticos que se creen dueños del país.
Los clubes unidos son una fuerza imbatible que no hay forma de que puedan sucumbir frente a cualquier grupo que quiera pescar en río revuelto.
Los clubes tienen que apoyarse uno a otro.
No pueden estar por caminos diferentes y creyendo que pueden librar cualquier lucha individualmente.
Ese es un grave error.
Abadina
Hay un ejemplo que nos puede enseñar a todos.
La mayoría de los clubes afiliados a la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Abadina) están unidos.
Se han realizado extraordinarios esfuerzos para quebrantar esa monolítica unidad, pero todo ha sido imposible.
Los clubes que están agrupados representan el 92 por ciento de los votos cuando se van a realizar las elecciones de Abadina.
He visto a sus dirigentes reunidos en el club Mauricio Báez.
Los debates me recuerdan aquellos momentos en la década del 1970, cuando los clubes deportivos y culturales eran una fuerza que cuando se proponían un objetivo, siempre salían triunfantes.
Y reitero, eso se debía a la unidad.
Nunca prosperó el chisme, la intriga, el individualismo o la falta de credibilidad.
Se escuchaba a los dirigentes hacer sus propuestas, en favor o en contra, en un ambiente de respeto a las ideas.
En muchas ocasiones con ideas claras y convincentes, pero otros con posiciones equivocadas, pero se les escuchaba y al final llegaba la unidad para enfrentar a los que querían que desapareciera el movimiento clubistico.
Los barrios
No se puede olvidar que los clubes deportivos y culturales están enclavados en los barrios de todo el país. Y la inmensa mayoría tiene credibilidad entre los moradores de sus sectores. Hay que preservar la unidad.
Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.