La cancelación y puesta en retiro forzoso de un general y seis coroneles de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD), vinculados en tráfico de drogas y armas, sobornos o negligencia, se recibe como un esfuerzo por extirpar otro tumor maligno de los que se detectan en los cuerpos castrenses o la Policía.
Otros veinte oficiales superiores son investigados por supuesta participación en acciones delictivas, lo que indica que el Ministerio de Defensa y la jefatura de la Fuerza Aérea parecen dispuestos a realizar una cirugía mayor contra la prevaricación en esa institución.
Si justificada es la alarma o el asombro que produce saber que tantos oficiales de alto rango han sido investigados sobre participación o complicidad en la comisión de tipos de ilícito penal, alivia saber que los mandos militares han sido diligentes en emprender acciones de saneamiento.
El flagelo de corrupción y criminalidad no se detiene solo con preces a María. Se requiere, además de efectiva prevención, de decidida voluntad política del Gobierno, Ministerio Público y orden judicial para afrontarlo, identificar y condenar a quienes incurran en la comisión de crímenes y delitos.
La población no agota su capacidad de asombro al saber que un general y seis coroneles han sido cancelados o puestos en retiro forzoso por presunta implicación en tráfico de drogas, soborno o negligencia, porque aún confía que en cada caso, los culpables serán sancionados de manera ejemplar.
Se aspira a que la profilaxis continúe y se extienda por todos los cuerpos armados y la Policía Nacional, a los fines de que todos los tumores que se detecten sean removidos de inmediato en una cirugía mayor que abarque cualquier zona de metástasis.
Es claro que los oficiales objeto de sanción por faltas tan graves e infamantes disponen de todas las vías de derecho para demostrar su inocencia o presentar pruebas de descargo, pero es importante subrayar la necesidad de que ningún crimen quede sin sanción.
La sociedad dominicana aspira y merece que Gobierno, Ministerio Público, Justicia, y clase política halen la cuerda de la lucha anticorrupción en la misma dirección de la prevención, investigación, ventilación judicial y condena, antes de que los muchos tumores dañen todo el cuerpo de la nación.