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Magia en el destacamento

Magia en el destacamento

La supuesta fuga del destacamento de la Policía de un detenido por alegada distribución de drogas narcóticas vuelve a ensombrecer la imagen del cuerpo.

Aunque se anunció la suspensión de los agentes que estaban de servicio entre el viernes y el sábado, cuando se habría fugado Daniel Abreu, la gente suele cargar no solo contra los miembros. Y es que en la Policía se reiteran desde siempre, como si se tratara de una cultura, las mismas prácticas.

No cesan ni se explican los frecuentes intercambios de disparos en que solo caen presuntos o reales delincuentes, pero tampoco se confía en los destacamentos para presentar cualquier querella.

Abreu había sido detenido por agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), pero logró escapar del destacamento de Jarabacoa, donde había sido llevado, como por arte de magia.

En el proceso de modernización y profesionalización en que está la Policía, el caso debe llamar la atención sobre la necesidad de profundizar la depuración del cuerpo.

No se está en nada, por más hermoso que se pinte el panorama, de no eliminarse o reducirse a su mínima expresión la vieja conducta de los agentes policiales.

El Nacional

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