Editorial

Males mayores

Males mayores

En su primera gestión en el exterior como presidente electo, el licenciado Danilo Medina ha requerido cooperación de Colombia y Brasil para  afrontar la pobreza, crisis eléctrica y el auge de la delincuencia, tres males mayores que aguardan a su gobierno como serpiente en madriguera.

Cuando el 16 de agosto Medina jure como Presidente de la República, será abrumado por el agudo déficit del sector eléctrico, el rebrote de la delincuencia y la pobreza extrema que  agobia a millones de dominicanos, todos los cuales  se erigen como  retranca al cumplimiento de su promesa de  crecimiento y desarrollo.

En su encuentro con  el presidente Juan Manuel Santos, el licenciado Medina no titubeó en solicitar de Colombia asesoría en  el diseño de un programa  de seguridad ciudadana similar al aplicado con gran éxito en esa nación, a los fines de  contener  la criminalidad  que ya  adquiere aquí  la magnitud de epidemia.

La cooperación del Gobierno colombiano incluiría financiamiento en obras de infraestructura a través del Banco de Exportación Colombiano,  suministro de carbón mineral y derivados del petróleo, lo que augura un tipo de relación  activa y productiva entre Santo Domingo y Bogotá.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha prometido a Medina que  su Gobierno prestará asistencia financiara para la construcción de dos plantas  eléctricas que producirán 300 megavatios cada una, lo que ayudará a resolver la crisis eléctrica a mediano plazo.

Tal parece que  el Presidente electo  está decidido a asumir  el modelo brasileño de lucha contra la pobreza, atraído quizás porque en menos de dos lustros  ha logrado rescatar  a 40 millones de  personas en situación de indigencia y pobreza extrema, lo que significa  aplicar políticas públicas que estimulen empleo, capacitación y emprendurismo.

Alivia saber que el licenciado Medina  asume  con plena conciencia el compromiso de abordar en lo inmediato los  impostergables retos de  conjurar la crisis  eléctrica, el auge de la delincuencia y  el lastimero  estadio de pobreza generalizada.

Preciso es advertir que  sin el concurso de la clase política, gremios  empresariales, sector académico, sindicatos y sociedad civil, los esfuerzos que adelanta el Presidente electo no tendrían el éxito deseado y la  sociedad  zozobraría en  el mar de la frustración.

El Nacional

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