El presidente Danilo Medina y el presidente electo, Luis Abinader, están compelidos a ponerse de acuerdo mañana mismo sobre qué hacer para contener el rebrote de coronavirus, a punto de provocar el colapso del sistema hospitalario y sanitario.
La realidad es que la desescalada se ha convertido en desenfreno y que hace tiempo que la covid-19 se abrió paso entre caravanas, mítines, marchas y encuentros mano a mano, encabezados por candidatos y partidos.
Aumenta vertiginosamente el número de pacientes de coronavirus que requieren hospitalización y, por consiguiente, se reduce el número de camas disponibles, que el viernes era de sólo un 26%.
La población parece dar vueltas en círculo en el desierto porque en medio de la pandemia desoye las exhortaciones de las autoridades y literalmente prefiere adorar el becerro de oro, sin entender que cada quien corre peligro de morir sin llegar a la tierra prometida.
El viernes se reportaron 22 muertes más por coronavirus, y 1,125 casos nuevos de contagio, cifras escalofriantes que han debido poner los pelos de punta a gobernantes y ciudadanos, porque por ese camino no se llega a Roma, sino a un escenario de caos hospitalario.
La comisión oficial de prevención y contención de la covid-19, así como la designada por el presidente electo deberían asumir la responsabilidad de recomendar al Gobierno en ejercicio y al que se instalará el 16 de agosto, medidas urgentes y restrictivas para contener el rebrote pandémico.
Las fases de desescalada económica estarían condenadas al fracaso sin un programa sanitario que contenga el incontrolable relajamiento social que representan las aglomeraciones, inobservancia al uso de la mascarilla, lavado de manos y distanciamiento social, lo que se agrava con la cosecha de contagiados derivada de la campaña electoral.
Este es el momento de recuperar el camino en línea recta para poder salir del desierto donde prima el desenfreno y el aumento vertiginoso del coronavirus. Duele decirlo, pero urge retornar al confinamiento, si de verdad se desea llegar a la tierra prometida.
Mañana mismo.

