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Manipula calla y discrimina

Manipula calla y discrimina

Acostumbrados estamos los dominicanos a que la jungla política distorsione realidades de todo jaez, hechos, cifras, descalificaciones, exaltaciones, distanciadas en la inmensa mayoría de los casos de la trepidante, monda y lironda verdad, no así concerniente a una institución como la Academia Dominicana de la Historia, (ADH), obligada a confesarse con la verdad y exponerla desnuda como es.

Diario Libre del 22 de mayo último insertó una nota sin firma, pero identificable de su director, Adriano Miguel Tejada, Miembro de Número de la ADH, informando la escogencia de sus nuevos Miembros Correspondientes que vienen a ser como los oficiales superiores, mientras los Miembros de Número, 26, vitalicios, son los oficiales generales, los que mandan.

Entre los Miembros Correspondientes escogidos, para el suscrito el único que ostenta credenciales como historiador, que debió ser escogido mucho antes Miembro de Número, es Miguel Guerrero, periodista versado y veterano, que ha publicado media docena de libros de historia y Adriano Miguel Tejada, cinco.

Cándido Araújo Gerón, que se firma Cándido Gerón, ha publicado más de 40 libros de historia de la plástica dominicana, historia de su pueblo natal Villa Altagracia y de los presidentes Juan Bosch y Joaquín Balaguer, y mereciendo más que ciertos Miembros de Número de la ADH, uno famoso por ensamblar y publicar infinidad de documentos, no escribir libros, nunca ha sido escogido para la membresía de la ADH.

Orlando Inoa Bisonó ha escrito media docena de libros de historia, y nunca ha merecido una somera nominación para incluirlo en el coto privado que es la ADH, y Abigail Cruz Infante y Fernando Infante.

El doctor Santiago Castro Ventura, médico pediatra, ha escrito media docena de libros de historia, inclusive una monumental historia de la pediatría dominicana, y nunca ha sido reconocido por la ADH:

Juan Bosch nunca fue seleccionado Miembro de la ADH y escribió De Cristóbal Colón a Fidel Castro., El Caribe frontera imperial; David, biografía de un rey; Póker de espanto en el Caribe; Crisis de la democracia de América en RD; La pequeña burguesía en RD; La fortuna de Trujillo; Breve historia de la oligarquía; Judas Iscariote el calumniado; Cuba, la isla fascinante y Las dictaduras dominicanas.

Son seis ejemplos irrefutables de manipulación, discrimen, prejuicio cultural, y ausencia de equidad y ecuanimidad en seleccionar a miembros de los dos niveles de la ADH, contra meritorios historiadores con más calidades que la gran mayoría de los miembros de dos niveles de la ADH.

En el plano de callar, ningún historiador fuera y dentro de la ADH ha denunciado la tomadura de pelo y la falacia astral que es la mentada “batalla” del 30 de marzo de 1844, en que “el río Yaque del Norte se tiñó de sangre con 762 haitianos muertos y ni un contuso dominicano”, una patraña que resulta imposible concebir, porque todo cuanto es inconcebible e ilógico, penetra en el ámbito oscuro y especulativo de la leyenda y el embuste, y que todos los historiadores avalan como una bandada de cotorras o pericos, al unísono

Tampoco ningún historiador ha propuesto eliminar el nombre de Sánchez Ramírez a esa provincia en “honor” a Juan Sánchez Ramírez, líder del reingreso a España del dominio de la parte Este de la isla Hispaniola, en 1802, 42 años antes de nacer la República Dominicana como país, que conforme a Juan José Sánchez, padre de Francisco del Rosario Sánchez seríamos algún día, pero nación, jamás.

Juan Sánchez Ramírez era un ganadero oriundo de Santo Domingo y se trasladó a Cotuí, y porque el gobierno francés de Jean Luis Ferrand prohibió exportar carne hacia Haití, se rebeló contra el dominio francés y procuró ayuda del gobernador de Puerto Rico, Toribio Montes, para expulsar a Francia de la parte Este de La Hispaniola, ganando la batalla de Palo Hincado, que es el nombre la calle sin significación para la patria dominicana que cruza frente a la Puerta de la Misericordia, donde Matías Ramón Mella produjo el trabucazo inmortal para comprometer a los pendejos, y cruza frente al Altar de la Patria donde se produjo la proclama independentista el 27 de febrero de 1844. ¡Cuanta herejía impune!

Ningún miembro de la ADH se ha pronunciado jamás para extrañar a Pedro Santana del Panteón Nacional y distanciarlo de sus víctimas.

Esas secuencias históricas nunca han resultado cuestionadas por la ADH para eliminar sus distorsiones históricas y sentar las primicias de sus auténticos aconteceres, y así resulta con la mayoría de sus escogencias como oficiales superiores y generales de su estructura absolutista mandona.

Luego que publique mis dos libros, Historia de Santiago de los Caballeros, 800 páginas, y Diferendo histórico árabes y hebreos, 500 páginas, anticipo que jamás aceptaré reconocimiento alguno de la famosa, discriminatoria y prejuiciada ADH. Que conste para siempre, como un Acta de Alguacil.

El Nacional

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