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Manzanillo Árbol de la muerte en el Caribe

Manzanillo Árbol de la muerte en el Caribe

Redacción BBC Mundo.-  John Esquemeling, autor de uno de los más importantes libros de consulta sobre la piratería en el siglo XVII, «Los bucaneros de América» (1678), escribió sobre su experiencia con «el árbol llamado manzanilla, o árbol de la manzana enana, cuando estuve en La Española (Haití/República Dominicana)».

«Un día, cuando estaba extremadamente atormentado por los mosquitos y jejenes, y aún ignorante sobre la naturaleza de este árbol, corté una rama para que me sirviera de abanico, pero se me hinchó y se me llenó de ampollas toda la cara, como si me hubiera quemado, a tal grado que estuve ciego por tres días».

Y el viernes, 16 de septiembre de 1774, Nicholas Cresswell, cuyo diario sobre sus días en las colonias británicas en América pasó a la historia, escribió.

«La manzanilla tiene el aroma y apariencia de una manzana inglesa, pero pequeña, crece en árboles grandes, generalmente a lo largo de la costa marítima. Están repletas de veneno. Me han dicho que una sola manzana es suficiente para matar a 20 personas».

«La naturaleza del veneno es tan maligna que una sola gota de lluvia o rocío que caiga del árbol en tu piel inmediatamente causará una ampolla.

Dicen que cuando llegaron los conquistadores, varios se intoxicaron al comer sus frutos.
Dicen que los indígenas usaban el árbol como castigo, amarrando a la persona a su tronco y dejándola ahí para que cuando lloviera sufriera.

Dicen que además los nativos envenenaban sus flechas con savia de este árbol para cazar.

De hecho dicen que fue la razón de la muerte del español Juan Ponce de León, el primer gobernador de Puerto Rico, quien recibió un flechazo en una batalla cuando quiso conquistar la costa de Florida en 1521.

Hippomane mancinella

Ese es su nombre científico. Según el Instituto de Ciencias de Alimentos y Agricultura de Florida, Hippomaneviene de las palabras griegas hippo, que significa caballo, y mane se deriva de manía, o locura.

El filósofo griego Teofrasto (371a.C.-287a.C.) nombró así a una planta nativa de Grecia tras determinar que los caballos se volvían locos después de comérsela. Y el padre de la taxonomía moderna, el sueco Carl Linneo, le dio el mismo nombre al nocivo árbol de América.
Más precisamente, al árbol nativo de Mesoamérica y las islas del Mar Caribe, que crece en las costas desde Florida, EE.UU., hasta Colombia, y en algunos lugares está marcado con cruces rojas o placas de alerta.

Manzanilla de la muerte. Ese es uno de sus nombres comunes, los que usan quienes viven con ellos.
También es conocido como Manzanilla de la arena y Manzanilla de playa, aunque el árbol de la muerte es quizás el apelativo que más describe su realidad.

Su savia lechosa contiene el potente irritante de forbol.

Con sólo rozarlo al pasar, tu piel puede quedar horriblemente escaldada.

Refugiarse bajo sus ramas durante una lluvia tropical también puede ser desastroso, pues hasta la savia diluida puede causar una erupción cutánea extrema.

Peligroso, pero útil

Sorpresivamente quizás, el árbol sí tiene sus usos, que recoge el Instituto de Ciencias de la Agricultura y Alimentos de Florida.
El manzanillo de la playa ha sido usado para hacer muebles desde la época colonial.

Se cree que su venenosa savia se neutraliza secándola al sol. Sin embargo, quienes manipulan la madera recién cortada deben ser cuidadosos.

Los nativos de la isla cubrían sus flechas con el veneno de la savia cuando iban a cazar.

Corteza y frutas

Hay documentos que muestran que la goma de la corteza ha sido usada para tratar enfermedades venéreas e hidropesía en Jamaica, y las frutas secas, como diuréticos.

En Florida, el manzanillo de la muerte está en peligro de extinción.

El Nacional

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