La participación de cientos de personas en la marcha «Un paso por familia», convocada por la Iglesia católica, resalta tanto el liderazgo religioso como el peso del núcleo social en República Dominicana.
Muchos se identifican de manera convincente con los valores que giran en torno a la familia como soportes de la felicidad y la prosperidad de la nación dominicana.
Personas de diferentes estratos respondieron al llamado de la Iglesia al participar en la marcha que partió desde la avenida George Washington con Máximo Gómez hasta el parque Eugenio María de Hostos.
En la homilía que pronunció el obispo coadjutor de Santo Domingo, Carlos Tomás Morel Diplán, denunció que algunas instituciones del Estado se han prestado, penosamente, a formar parte de una agenda internacional que promueve la homosexualidad y valores contrarios a la cultura y costumbres del país.
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Y el obispo de la diócesis de La Altagracia, Jesús Castro Marte, advirtió que el modelo de unidad familiar está cada vez más amenazado por presiones económicas como la inflación y el desempleo, así como por transformaciones sociales que han afectado la comunicación y la crianza dentro del hogar.
No todos los factores que según Castro Marte erosionan la unidad familiar son eternos. Entre los males citó el distanciamiento emocional, la carencia de tiempo de calidad y la dificultad para resolver conflictos de manera saludable. Pero la familia está siempre en el centro.

