Editorial

Mártir de la prensa

Mártir  de la prensa

El asesinato del periodista Orlando Martínez, del que hoy se cumplen 46 años, se mantendrá por siempre como daga clavada sobre la conciencia nacional porque fue un crimen de Estado, con el cual se intentó afianzar el cerco de terror para cercenar la libre expresión del pensamiento y el ejercicio de las demás libertades.


Martínez, columnista de El Nacional y director de la revista ¡Ahora!, fue asesinado la tarde del 17 de marzo de 1975, en la avenida José Contreras, frente al campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) por varios sicarios civiles y militares que interceptaron el vehículo en el que viajaba de retorno a su hogar.

La sociedad dominicana no debería olvidar que Orlando Martínez es un mártir de la prensa, que fue mandado a matar por gente sin alma enquistada en el mentado “Gobierno de los 12 años”.


El presidente Joaquín Balaguer murió sin que se cumpliera su promesa de que una persona de su confianza se encargaría de llenar la página en blanco que reservó en su libro “Memorias de un cortesano de la era de Trujillo”, cuyo contenido revelaría nombres y pormenores de ese vil y cobarde asesinato.


Antes y después de la muerte de Orlando, miles de periodistas han muerto en todo el mundo a manos de regímenes despóticos, del narcotráfico o grupos mafiosos, para los cuales la verdad difundida por esos comunicadores tuvo efecto de crucifijo a ojos de Lucifer.


Naciones Unidas (ONU) reportó que en 2020 fueron asesinados 59 periodistas, entre los que figuran 22 de América Latina, señal de que es una profesión altamente riesgosa que debe ejercerse con vocación, valor y devoción, como lo hizo Orlando Martínez.


El periodismo dominicano tiene en Orlando un gran referente de honradez profesional, compromiso y con los anhelos de justicia y equidad, por lo que su ejemplo de vida ha de iluminar a presentes y futuras generaciones de periodistas en cotidiana lucha contra toda forma de opresión e intolerancia.


La sociedad toda, y El Nacional en particular, le rinden tributo hoy a un mártir de la prensa, cuya vida fue segada por esbirros irresponsablemente definidos como incontrolables, que no lograron, empero, apagar la llama de la libertad que Orlando Martínez mantuvo encendida con sus valientes escritos.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación