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Maternidad: pesada carga

Maternidad: pesada carga

Susi Pola

Es hora de desmitificar la maternidad y contar una versión que “normalice” un concepto asociado -equívocamente- con la característica propia de la mujer, cuando en la realidad, es un constructo social y simbólico que cambia en tiempos y espacios.

Aunque celebrar a la maternidad va lejos en la historia, el origen contemporáneo es de Julia Ward Howe, abolicionista y activista estadounidense, defensora de los derechos de las mujeres en el contexto sociopolítico propio de la sociedad de su país de mediados del siglo XIX, quien en 1872 sugirió la creación del Día de la Madre como una forma de unir a las mujeres y abogar por la paz. Pero el reconocimiento oficial del día es hacia 1914, gestionado en el Congreso de los Estados Unidos por Anna Jarvis, en honor a su madre que había dedicado su vida a trabajar en organizaciones de mujeres promoviendo salud y seguridad social.

El caso es que, la maternidad es un patrón de conducta a seguir atribuido a toda mujer desde la sociedad primitiva, dándosele características específicas según lo impuesto por la cultura, la sociedad y el momento histórico que se atraviesa. Es así como, de acuerdo con la conveniencia del momento histórico vivido, se manipula exaltándose o no, su valor.
Para las mujeres, el surgimiento del patriarcado en el período neolítico, cuando se estableció la sedentarización y se necesitó establecer el cuidado de personas y bienes, fue el comienzo de una guerra injusta y discriminadora para la que, uno de sus mayores soportes, es la maternidad y todo lo que implica.

Contemporáneamente, cuando la necesidad económico social necesitó que las mujeres salieran al mundo público a trabajar, las maniobras y la utilización del concepto, tuvieron la crueldad suficiente de no minimizar el concepto que, políticamente, tanto convino al patriarcado, y entonces, agregaron más carga a las mujeres con la responsabilidad de segundas y terceras jornadas laborales, sin carga de conciencia alguna.

Hoy por hoy, las cifras disponibles reflejan una situación muy poco alentadora para las madres, su salud y situación. Todo dependerá de los lugares y las políticas basadas en el género y las redes de apoyo en el entorno.

El caso es que, se necesita resignificar la maternidad como posibilidad de opción responsable, que no sea el determinismo de tener un útero como destino implacable, sino que, refleje la realidad de este tiempo y este espacio.

De lo contrario, la fecha será un festejo consumista más que impone y obliga, pero no refleja la realidad.