Internacionalmente, noviembre es llamado el “mes de la diabetes” en honor al descubridor principal de la Insulina en el año 1921, el canadiense Frederick Banting de la Universidad de Toronto quien nació un 14 de Noviembre, según resolución de las Naciones Unidas.
La historia de la medicina relata que la diabetes –enfermedad conocida desde los tiempos más remotos de la antigüedad- y que produce mucha orinadera, mucha sed, pérdida de peso progresivo aun con un aumento desaforado del apetito, provocaba un periodo de vida “muy corto”, descrita 1,500 años antes de la Era Cristiana por el médico griego Areteo de Capadocia como una enfermedad que parecía “una chorrera tras un sifón y hasta los huesos se le iban por la orina”.
El descubrimiento de esta hormona, -en principio llamada isletin- ha permitido que millones de seres humanos diabéticos, tengan un periodo de vida tan prolongado como el que mas, pues antes, solo existía la dieta como tratamiento para enfrentar esta enfermedad que junto a las infecciones –no habían antibióticos para la época – o el coma diabético terminaban con la existencia del paciente en apenas meses con la enfermedad.
Como es de suponer, este avance de la ciencia médica en 1921, determinó el otorgamiento del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en el 1923 al Prof. Frederick Banting y su asistente el norteamericano Charles Best compartiendo con un grupo de investigación Europeo encabezado por el médico ingles Prof. John James Rickard Macleod quienes también investigaron la producción de insulina por el páncreas y cuyo déficit produce la diabetes.
Hoy las investigaciones epidemiológicas consideran que existen en el mundo 382 millones de diabéticos y de continuar la tendencia progresista de su prevalencia se estima que para el 2035 aumentara a 592 millones, lo que indudablemente constituye un reto para las sociedades modernas en su compromiso de revertir esta tendencia.