Los atletas dominicanos siempre tienen una razón por la cuál dar el extra en su preparación o en cada competencia que participan representando al país.

Para las mujeres, la motivación y el trabajo es doble cuando se es atleta de alto rendimiento y madre al mismo tiempo, ya que el tiempo de ambas responsabilidades debe ser equilibrado y sin miedo a fallar.

La boxeadora Miguelina Hernández es un ejemplo vivo de dicha dualidad, ya que lucha por ganarse nuevamente un puesto en la selección nacional y a su vez aprender cada día a ser una mejor madre para su pequeña niña.

“Mi mayor reto es mantener el enfoque en los entrenamientos, sin olvidar mi rol como madre”, significó Hernández, quien ganó bronce en los Juegos Panamericanos de Lima (2019) y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador (2023).

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Tras salir embarazada en el proceso de clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024, Miguelina tuvo que hacer un alto para enfocarse en su rol de madre primeriza. Pero tras el nacimiento de su niña, ha salido nuevamente en la búsqueda de su sueño deportivo, volviendo a la carga. Ha tomado sus guantes y ha retornado al cuadrilátero, en busca de seguir desarrollándose como boxeadora y lograr nuevos éxitos.

“Ser madre es una motivación mayor para salir adelante, aunque ahora hay que dar el doble en cada entrenamiento, ya que ha sido como iniciar desde cero”, manifiesta Miguelina.

Señala que su mayor medalla no la ha ganado en un cuadrilátero, más bien la conquistó en casa sin tener que lanzar un golpe.

A pesar de lo complicado que es por momentos cumplir con ambos compromisos, se lo disfruta y encara el reto.

“El tiempo que paso en casa con la beba lo disfruto al máximo y creo que estoy aprendiendo a tener más habilidades para hacer cosas con ella y con mi tiempo”, asegura.

De forma camaleónica, la aguerrida Miguelina se transforma por completo cuando llega a casa a estar con su niña, luego de quitarse los guantes tras golpear duramente un sambá.

Miguelina entró a la historia del deporte nacional en 2021, al convertirse en la primera boxeadora dominicana en combatir en unos Juegos Olímpicos, cuando lo hizo en Tokio 2020.

Las complejidades de ser madre y atleta al mismo tiempo le han hecho pensar en tirar la toalla, pero su espíritu competitivo ha sido mayor por lo cual ha decidido dar la batalla y asumir ambos retos con carácter. Su pasión por el deporte la empuja a no rendirse y el amor por su niña la motivan a dar el extra para lograrlo.

“La mente me ha hecho esa mala jugada. En varias ocasiones he estado a punto de rendirme y soltar el boxeo pero no me rendiré, tengo mucho que dar, ya sea en amateur o como profesional”, manifestó Miguelina, quien indica que se está preparando para combatir en el torneo nacional de boxeo femenino.

Reconoce que debido a su rol como madre, ser boxeadora es un reto bien difícil, el cual está dispuesta a asumir con dedicación para cosechar buenos resultados y volver a unos Juegos Olímpicos.

“Quiero recuperar mi posición como la número uno del país y poder ver si la federación me da la oportunidad de volver al equipo nacional y en caso de que no se pueda estaré dando el salto al boxeo profesional”, agregó.