El Ministerio Transformados por Cristo, anunció que unos 500 exhomosexuales de distintos países, se reunirán en la comunidad rural de la Cuaba, para testimoniar cómo lograron cambiar su orientación sexual. Uhmm!, según mi amigo Davis, quinientos ex gays juntos, por tres días, en una casa de retiro, se corre el riesgo que la imaginación se suelte, el morbo se eleve y… se prenda la cuaba!.
A diferencia de otros practicantes de las llamadas «Terapias de conversión», los pastores afirman que la homosexualidad es una enfermedad que se produce cuando los espíritus que actúan contra al designio divino toman posesión del hombre, y para expulsarlos, hay que recurrir a la oración, vistiendo un uniforme militar (?).
Tradicionalmente, a fin de modificar la identidad de género o la orientación sexual, muchos hombres y mujeres han sido víctimas de toda clase de vejámenes, que van desde las torturas con electroshocks, hasta la visita obligada al psiquiatra, al sacerdote o el ingreso obligado a una institución militar.
Estas terapias, lo que hacen es reforzar la homo fobia internalizada, crear ansiedad, sentimientos de culpa y depresión. Todo esto conduce al odio hacia uno mismo y al daño emocional y psicológico pues el cambio no sucede” y muchos optarán por el suicidio “como resultado de su sentimiento de fracaso”.
Por considéralas ineficaz, perjudicial y sin ningún aval científico, en Mayo del 3015, la American College of Physicians, entidad que reúne a 141.000 internistas en los EUA, expresó su oposición al uso de las “terapias de conversión” No obstante, en nuestro país todavía algunos profesionales siguen manteniendo sus particulares teorías sobre la “curación” de la homosexualidad. A mis quinientos gais, les digo, que cuando sientan que el alma se les baja al cuerpo, solo se trata de las travesuras de los espíritus de Cupido y Eros.