Standard & Poors, una de las cuatro calificadoras de riesgo más grandes del mundo, anunció anoche que reducirá la calificación de casi todas las economías que conforman la Zona Euro, incluso las de Alemania, Francia, Holanda, Austria, Finlandia y Luxemburgo, que conforman el Club Triple A, de máxima nota crediticia, lo que anuncia otra tormenta en la cruenta crisis que zarandea a la Unión Europea.
Cuando se creía que la acción de salvamento emprendida por el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, devolvería una relativa calma a los mercados bursátiles de Europa y el resto del mundo, la calificadora S&P sostiene que existe un creciente peligro de recesión en la Eurozona para 2012.
De lo que se habla en Europa ahora es del inminente riesgo de que el euro, la moneda común de 16 naciones del Viejo Continente, colapse a causa de la profunda e irremediable crisis de la deuda soberana que afecta muy severamente las economías de Grecia, Portugal, España, Islandia e Italia.
Ante tal eventualidad, grandes capitales europeos optan por refugiarse en el oro o en otras monedas con mayor fortaleza o menor debilidad, como el dólar, libra esterlina o franco suizo, aunque el contagio que afloró con la crisis hipotecaria estadounidense de 2007, parece extenderse por todo el mundo.
En vez de disminuir con la decisión unilateral de París y Berlín de intervenir en los mercados y en las políticas fiscales de la Zona Euro, el estrés sistémico se ha agravado, según certifica la agencia estadounidense que insiste en que la recesión afectará la economía comunitaria el año entrante.
No estaba previsto que se produjera una baja en la calificación crediticia de Francia y Alemania, las economías que se creía inmunes a la crisis, pero Standard and Poors cree que ya han sido impactadas por la profundización de los problemas políticos, financieros y monetarios que agobian a Europa.
Aunque nadie se muere en la víspera, la Zona Euro padece de un endurecimiento de sus condiciones de crédito, mayores riesgos de la deuda soberana de muchos de sus miembros, incluido algunos de los más poderosos, falta de confianza, crisis de liderazgo y elevado nivel de endeudamiento público y privado, además de la previsible recesión en 2012.
Europa está hoy como el moriviví, que un día respira normalmente y el otro amanece desplomado, aunque los temores son que el euro, la gran moneda de referencia comunitaria, muera uno de estos días a causa de un infarto financiero y monetario, como lo advierte Standard and Poors.

