Como si se tratara de una cadena de males, las secuelas para la salud del incendio en el vertedero de Duquesa complican una atmósfera infectada por el coronavirus, la malaria, leptospirosis y el dengue, entre otras enfermedades. El cuadro no es una mera descripción de los nubarrones que ensombrecen el medioambiente, sino un desafío para las autoridades. La acumulación de basura, las cañadas, el agua apozada, los enjambres de mosquitos y la inobservancia del distanciamiento social y la falta de mascarillas inciden en la crisis sanitaria que tantos estragos ha causado en la población. El Gobierno y las autoridades municipales están compelidos a coordinar acciones para combatir las plagas que además de afectar la salud de la población dilatan la reanudación de las actividades productivas. El incendio en el vertedero de Duquesa, cuyas causas no han sido establecidas, ha sido el último eslabón de la serie de males que han golpeado a los residentes en el Gran Santo Domingo. Los problemas respiratorios provocados por la humareda del vertedero debilitan más la defensa de una población que ha tenido que lidiar con males como el coronavirus, la malaria, el dengue y otras enfermedades.