Cójanlo

Nada diplomático

Nada diplomático

Si el cruce entre China y Estados Unidos se mantuviera en el plano diplomático o a nivel de cierre de consulados no habría mayor preocupación. Pero es bien sabido que ese no es el caso y que el más simple roce entre las dos potencias impacta de inmediato en los precios del petróleo o en las relaciones comerciales. En estos momentos el pulso, matizado por la clausura de consulados y acusaciones de espionaje, eleva las tensiones en la medida que puede retrasar o afectar las investigaciones en torno a una vacuna para combatir el coronavirus. La crisis sanitaria, que ha debido incidir para que las potencias se concentren en encontrar una rápida respuesta, se ha convertido en una suerte de espoleta para expandir las diferencias. En víspera de las elecciones de noviembre en Estados Unidos no se descarta que el presidente Donald Trump utilice la crisis con China para influir en el electorado, sobre todo tras la caída en la preferencia de los votantes frente a su rival Joe Biden. Al margen de los reales motivos de la confrontación al menos Washington debería reflexionar sobre las consecuencias para países que no tienen vela en ese entierro.

El Nacional

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