Opinión

Narciso, el valiente revolucionario de Gualey

Narciso, el valiente revolucionario de Gualey

El venidero 10 de diciembre, los habitantes de los cinco continentes celebramos el Día Mundial de los Derechos Humanos.

Precisamente, hace 41 años, los moradores del barrio Gualey, en la Zona Norte de Santo Domingo, asistimos conmovidos al sepelio de uno de los más entregados luchadores por la vigencia de los Derechos Humanos en la República Dominicana,

A las tres de la madrugada del 10 de diciembre del 1973, los camaradas del Movimiento Popular Dominicano (MPD) nos estremecimos de dolor al ver cómo un ataque de asma se nos llevaba a Narcizo Peguero (Narciso El Flaco), luego de ser torturado inmisericordemente por los desalmados integrantes del escalofriante Servicio Secreto de la Policía Nacional que servía a los intereses del doctor Joaquín Balaguer.

Narciso, quien había sido apresado un año atrás y enviado a la Penitenciaría de La Victoria, recibió una terrible golpiza, pero nunca se doblegó.

Tiempos después, se le puso en libertad para que terminara de morir junto a sus familiares y amigos en su humilde morada de Gualey.

Ese delgado y valiente militante emepedeísta era una muestra fiel de entrega y sacrificio para servir a los necesitados.

A él me unió una indisoluble amistad desde que, siendo ambos muy niños, nos enrolamos al movimiento de los Boys Scouts, encontrándonos -también- en el combativo MPD y en los clubes y las demás organizaciones sociales de la Zona Norte de la capital.

Fue un incuestionable revolucionario que aportó su vida un granito de arena para que hoy día los dominicanos vivamos en democracia y no existan presos políticos ni exiliados por combatir a los regímenes violadores de los Derechos Humanos, como fueron los del doctor Balaguer durante los años del 1966 al 1978.

 

He querido hablar en este espacio sobre Narciso porque sé que -en nuestro país- los luchadores como él son olvidados por no haber narcido en la abundancia económica.

Sin embargo, su accionar en los aspectos sociales del empobrecido barrio de Gualey fue un digno ejemplo a ser imitado por quienes piensan en el bienestar de la patria y no en los beneficios personales.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación