El sistema chileno fue el modelo que se utilizó para el régimen de pensiones instaurado en América Latina y otros continentes. Pero con las sucesivas crisis que han sacado los chilenos a la calle el sistema de seguridad social, sobre todo en lo que respecta a los fondos de pensiones, también ha naufragado. La población ha protagonizado en esta ocasión encendidas protestas para que se aprobara el retiro del 10% de sus ahorros de las asociaciones de fondos de pensiones. De una sociedad pacífica, tenida como referente por su capacidad de tolerancia y altos niveles de vida, Chile se ha convertido en una nación violenta. Cualquier problema lo dirime en la calle con encendidas movilizaciones. De un tiempo a esta parte el presidente Sebastián Piñera no ha tenido lo que se llama un respiro. Como los peruanos y los australianos, los chilenos reclaman que en medio de la pandemia del coronavirus se les permita disponer de sus ahorros en las administradoras de fondos de pensiones. En torno al proyecto, aprobado aquí por los diputados, el Senado tendrá la última palabra. Las movilizaciones son una advertencia lo de que ocurriría si no se aprueba la devolución de los ahorros.