El Día Internacional de la Niña, que se conmemora hoy, se recibe con la penosa estadística de que el 12% de las adolescentes dominicanas se casó o se unió antes de cumplir los 15 años y que el 36% de las jóvenes entre 20 a 24 años tuvo marido antes de cumplir los 18. Ambas cifras figuran entre las más altas del continente.
La representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Rosa Elcarte, reveló que el porcentaje de niñas con uniones prematuras es más del doble que el promedio registrado en la región (5%), un drama que debería llamar la atención de Gobierno y sociedad.
El término matrimonio o unión marital aplicado a una niña menor de 15 años, no solo es un eufemismo, sino una figura que sirve para ocultar formas de violación o agresión sexual perpetrados por adultos contra adolescentes.
Convenciones internacionales refrendadas por el Estado dominicano, la Constitución de la República, el Código de Niños, Niñas y Adolescentes y la propia ley penal, protegen la integridad física, moral y espiritual de los menores, cuya custodia el legislador ha confiado al Ministerio Público.
La Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples revela que el 2% de las mujeres entre 20 a 24 años tuvieron al menos un hijo vivo antes de cumplir los 18 años, lo que indica una constante agresión o vulnerabilidad que sufre la población de niñas y adolescentes.
Tiene razón la representante de Unicef, al advertir que no son suficientes los esfuerzos que se realizan en el país para afrontar los temas de violencia contra las niñas, matrimonio infantil y embarazo de adolescentes, por lo que se requiere cambiar leyes y promover programas y políticas que garanticen sus derechos.
La familia, sostén fundamental del orden y convivencia social, se mantendrá por la pendiente de la degradación, hasta tanto el Estado, sociedad, academia y clase política asuman el compromiso de proteger a niñas, niños y adolescentes desde la óptica jurídica, educativa y de inclusión social.
República Dominicana ocupa el quinto lugar entre las naciones de América Latina con mayor porcentaje de niñas amancebadas o de adultas jóvenes que tuvieron su primer hijo vivo antes de cumplir los 18 años, lo que revela que aquí la agresión o violación sexual contra menores está virtualmente legalizada.
