Los dominicanos se unen esta noche para celebrar en familia el nacimiento del Hijo del Hombre, concebido por obra y gracia del Espíritu Santo en el vientre inmaculado de la Virgen María, y con él la cultura del perdón y del arrepentimiento, trascendental efeméride que debe festejarse en ambiente de armonía, comedimiento, reflexión y solidaridad.
Nochebuena ha de celebrarse en un ambiente de estrés colectivo causado por el deterioro de la economía y por los brumosos augurios del agravamiento de una crisis financiera mundial que lleva más de un lustro sin visos de control o extinción.
La angustia ciudadana se agrava por efecto de una lacerante reforma fiscal que toca los bolsillos de la diezmada clase media y acentúa la situación de miseria y marginalidad de la mayoría, sin que todavía sea fácil de avistar en los cielos la estrella que guiará la nave de la Nación hacia puerto seguro.
Flagelos como criminalidad, narcotráfico y feminicidios perturban a una nación que hoy clama al Niño Jesús para que ilumine a sus autoridades y clase dirigente para que puedan guiar al rebaño hacia tierra prometida, que no es otra que la anhelada sociedad libre de injusticia, corrupción, privilegios y delincuencia.
Tan significativa celebración debería estimular a la familia dominicana a sembrar sobre terreno fértil de la reconciliación un huerto de progreso que provea empleo, educación, vivienda, salud, seguridad y sanidad jurídica.
Los apóstoles proclamaron al mundo el nacimiento de Jesucristo, único hijo del Dios Padre, concebido por obra y gracias del Espíritu Santo, quien nació de Santa María Virgen, acontecimiento bíblico que ha servido de sostén a una cultura basada en el amor al prójimo, por lo que esta noche cada quien está compelido a tributar afecto y perdón.
Los ruegos son para que el Altísimo provea a la familia dominicana de valor, esperanza y paciencia para poder afrontar los tiempos de tormenta y que la bienaventuranza se anide por siempre en hogares y corazones de toda la población.
El Nacional se une hoy al regocijo de Nochebuena y Navidad y formula vehemente votos por la ventura personal de todos sus lectores y anunciantes, relacionados y del pueblo en general, en la seguridad de que República Dominicana es tierra bendecida por Dios.

