El ocaso político del presidente Danilo Medina inició cuando conforme informes reiterados de la embajadora de EE.UU. en nuestro país, Robin Bernstein, al Departamento de Estado, el secretario Mike Pompeo llamó al gobernante dominicano para transmitirle la preocupación del presidente Donald Trump concerniente a una segunda reelección, y la deriva de la gobernanza, y el interés geopolítico del Potomac.
Ahí, frenó en seco el propósito de reformar la Carta Magna para un egoísta personal fin, y entones, el presidente Medina optó por el plan B, catapultando a un desconocido Gonzalo Castillo, con la miope intención de bloquear el indetenible tránsito hacia la cuarta versión presidencial del tres veces presidente y presidente del PLD Leonel Fernández.
Los dominicanos abrimos un cuello de interrogación de los motivos que indujeron al presidente Medina a reelegirse por segunda vez, y consecuencias del llamado de Pompeo, insistir en bloquear a Leonel para optar por su indetenible y seguro cuarto intento de capturar el poder, conforme desgloso.
En primer término, Medina no acepta lo que Perogrullo y sondeos reiteran, que Leonel es el único líder político de hogaño.
Segundo, teme una retaliación de Leonel, que aunque lo ha tratado por una treintena de años, no lo conoce, Leonel no es persona de retaliación, sino que en la versión aristotélica, es un zoom politicón, orientado siempre en nunca restar, todo el tiempo sumar, para con esa connatural concepción de cosmovisión, captar voluntades a su entorno, político y cultural, consecuencia de que Danilo juzga a Leonel como él es, no por lo que Leonel es.
Tercero, es la primera vez en la reciente historia política de 175 años que el presidente de la República objeta al presidente de su partido, obstaculizándolo para impedirle sucederle, acicateado por los pivotes que conducen a los tenebrosos espacios de arena movediza que aúpa el egoísmo y el miedo, que cortejan la ilógica.
Cuarto, sabe que con inevitable triunfo Leonel 2020, culmina su protagonismo político.
Defenestrado Medina de su segundo intento reeleccionista, en vez de respaldar a Leonel, natural sucesor suyo del poder, y presidente del PLD, se decanta el nueve de septiembre por aupar a un incoloro, inodoro, insípido, y no tan transparente Gonzalo Castillo, hasta ayer, un gran desconocido, de anémica foja política, empotrado en la sinecura de Obras Públicas y Comunicaciones, la cartera más abultada del Presupuesto Nacional, seleccionado delfín, entre los siete del patíbulo, por el imperativo de con quien más vinculación privada sostiene, por sobre el influyente ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta.
Por esos tergiversados condicionamientos psicológicos, Medina pierde la urdimbre de su entorno, descamina el correcto sendero de conservar la vigencia de poder del PLD, en la versión del único líder político actual, porque en la frágil y difuminada oposición, no hay liderazgo ni cohesión capaz de vencer al PLD, y conducido por esos fantasmas cognitivos, pierde el hilo conductor correcto de la certeza y la suprema conveniencia para el país, el PLD y para él mismo.
Oposición que Gonzalo, apabullado por Leonel en las primarias del cercano seis de octubre por Fuerza del Pueblo que catapulta a Leonel, incluido grosor del PLD, un deprimido Medina reaccione nueva vez contrario a la lógica unitaria peledeísta, posible apoyando al expresidente Hipólito Mejía, a quien se percibe imponer por experiencia gobernar y carisma, no obstante sondeos contrarios, ante el opaco delfín de un notable educador, por imperativo sanguíneo, le concitó a un rol donde muestra deficiente condición.
En esta tercera segura fallida aventura, Medina aproxima más el perigeo de su último protagonismo político, iniciado con la referida histórica llamada del Secretario Pompeo, desestimando todos los sondeos que puntean a Leonel por sobre todo contendor interno y externo del PLD, conforme edifico.
El 25de junio de 2019, antes del llamado de Pompeo, sondeo John Zogby indicaba un empate de un 30% entre Leonel y Danilo. Abinader 3.3%. Ideame, 23 de julio de 2019, Abinader 40%. Medina 26%. Leonel 15%. Un 77% rechaza reelección.
Newlink 26 de julio de 2019, publicada el 31 de julio de 2019, Leonel 50.5%. Margarita 25.2%, Navarro 8.1%. Gonzalo 7.7 %. Reinaldo 3.9%. Francisco Javier 4.0%. Amarante 0.6%.
Newlink 20 de agosto de 2019. Leonel 58.5%. Gonzalo 17.7%. En PRM, Abinader 75.1% frente a Hipólito 21.6%
Contacto directo 22 de agosto de 2019. Abinader 58.88%. Hipólito 14.76%. Leonel 43.12%. Domínguez Brito 18.34%. Gonzalo 15.24%. Reinaldo 7.81%.
Asisa. 28 de agosto de 2019. Leonel 69%. Gonzalo 12.%. PRM. Abinader 75%. Hipólito 14%.
Polnav. 5 de septiembre de 2019. Leonel 69.5%. Gonzalo 13.4%. Navarro 3.1%. StafordWinslet 6 de septiembre de 2019. Gonzalo escala de 41.8% a 47.5%. Leonel 52.6%.
En ese bronco escenario, Medina responde inclinando todo el peso presupuestario a Gonzalo, en campaña aplastante de irritante promoción, búmeran por castigo popular, retornará al delfín presidencial.
Por abrumadora preferencia sondeos, un seguro ganador Leonel propaló el once de este mes que la lucha no determina dinero, sino valores.
Debió zurcir, convicción ciudadana de rechazar improvisación y poder del Estado. Apostar a mejor un conocido, que demostró tres veces destreza al gobernar, versus un improvisado desconocido paracaidista, aupado por el poder, que descaminó integridad, unión y disciplina partidaria, conveniencia, lógica y sindéresis, perdidas obnubiladas por el cazurrismo, el miedo y la sinrazón.