Oclocracia define la autoridad del populacho o la gleba corrompida y tumultuosa, insolente y descarriada, despotismo del tropel, nunca gobierno de un país, sino gobierno de la plebe, la referencia más despreciable y miserable de un conglomerado social.

Nuestro país, desde la desaparición física del presidente Joaquín Balaguer, observamos con elevada preocupación el creciente desmadre de la plebe, desbordando todos los escenarios, sin que las autoridades competentes señaladas por las leyes y la Constitución, intervengan para poner en cabestro los desmanes de la plebe.

Cuando nos asomamos por la ventana a las calles, o sin asomarnos, lo primero que observamos es o un haitiano, un motorista, una guagüita anunciadora, un escopetero que truena su motor o vehículo a todo dar, o un antisocial que transita en su vehículo con su equipo de sonido a ensordecedores decibeles, a cualquier hora del día y por las madrugadas.

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Ninguna autoridad del inefable INTRANT o DIGESET intervienen para corregir una pertinaz agresión acústica a la ciudadanía de esta miserable caterva de antisociales, y todos nos cuestionamos para que están.

Comenzando por los haitianos que los gobiernos del PLD Leonel Fernández y Danilo Medina incurrieron en el crimen de lesa patria de saturar al país de haitianos indocumentados por más de dos mm, y ahora nuestro presidente Luis Abinader intenta regular ese antinacional despropósito, con la biométrica y control fronterizo, debiendo completar el proceso con el gradual y ordenado proceso de deportación.

Los motoristas constituyen una peligrosa plaga, conforme WhatsApp circula en redes sociales, incurren en 22 infracciones, comenzando por cruzar en rojo, circular en vía contraria, sin cascos, placas, luces, licencias, seguros, invaden ciclovías y aceras peatonales, circulan por túneles y elevados, hacen apuestas acostados en sillines, sin temor a morirse o matar con sus imprudencias temerarias.

Con dos y tres en el sillón trasero, inclusive niños lactantes.

Si te chocan huyen, si los chocas gritan improperios, personal uno dijo lo choqué, lanzó una piedra y destrozó el vidrio trasero, cuando me repuse del impacto emocional para proceder, huyó.

Gran número tigueritos menores de edad, sin intervenciones de INTRANT y DIGESET.

Los escopeteros transitando en motores y vehículos con mufflers arreglados expresamente para atronar, agredir los tímpanos, idéntica irresponsabilidad de INTRANT Y DIGESET.

El deprimente y aún no identificados anti sociales que desbordaron con sus aberrantes inconductas la Ciudad Colonial, Patrimonio de Humanidad por UNESCO, demostración de irresponsabilidad de POLITUR y PN, cuyos incumbentes nuestro gobernante debió destituir.

Esos expedientes juntos de antisociales, demuestran sin equívocos, que en el país impera una amplia y coherente oclocracia, desborde de la plebe, chusma, populacho, que amerita nuestro mandatario encabestrar.

Impedir que la oclocracia no logre sucumbir la democracia.