Nueva York. Las ofensas raciales son el principal crimen de odio, con un total de 3.407 víctimas —el 57.5 por ciento—, de acuerdo con el reporte anual de crímenes de odio 2014 del Buró Federal de Investigación (FBI).
Los crímenes de odio están tipificados en Estados Unidos por la Ley de Prevención de Crímenes de Odio Matthew Shepard y James Byrd, Jr. del 2009, promulgada por el presidente Barack Obama, y comprende aquellos movidos por razones animadversión a determinadas razas, orientación sexual, religión o etnicidad.
La ley lleva el nombre de dos víctimas de delitos de crímenes de odio en los Estados Unidos, Matthew Shepard Junior, un joven estudiante que fue torturado y asesinado en 1998 cerca de Laramie (Wyoming) por ser gay. Sus asesinos no fueron acusados de un delito de odio porque en aquella época la referida norma no cubría los ataques a los homosexuales en este estado.
Mientras que James Byrd era un hombre negro que fue atado a un camión, arrastrado y decapitado por dos supremacistas blancos en Jasper (Texas) en 1998. En aquella época tampoco había una ley contra delitos de odio en Texas.
En 2013, las ofensas raciales fueron las más numerosas, con un total de 3,407 víctimas, un 66.4% de las cuales fueron contra afroamericanos; 21.4% contra blancos; 4.6% contra asiáticos y 4.3% contra indios americanos.
Los incidentes individuales involucraron a 7,230 víctimas, según los registros de 1,826 corporaciones policiales de Estados Unidos. La cifra global de crímenes de odio reportados a las autoridades en 2013 fue superior a los del 2012.
Bajo la nueva legislación, el Departamento de Justicia investiga ese tipo de crímenes y tiene jurisdicción para procesar casos cuando las leyes locales o estatales son inadecuadas o las autoridades locales no quieren actuar.
En los últimos meses varios estados de la nación norteamericana se han visto sacudidos por protestas y actos de violencia callejeras (destrucción, saqueos, e incendios de propiedades), donde han participado cientos de miles de personas protestando por el asesinato de afroamericanos a manos de policías blanco que han sido descargados, entre ellos el del joven Michael Brown.
