Las redadas contra inmigrantes indocumentados en Estados Unidos y Puerto Rico constituyen una verdadera ola de terror por el pánico que generan hasta en los residentes legales en los territorios.

En tanto los indocumentados han tenido que esconderse para evitar su captura y deportación, los legales se aseguran de llevar sus documentos en cualquier actividad que realicen para evitar confusiones. Pero el pánico se ha propagado de tal manera, que al menos en Nueva York legales e ilegales han retirado a sus hijos de las escuelas por temor a redadas que no siempre distinguen entre los inmigrantes.

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El miedo se ha incrementado con la intención del presidente Donald Trump, por ahora bloqueada por los tribunales, de despojar de la ciudadanía por nacimiento a los hijos de ilegales. Miles personas han sido capturadas y deportadas desde el retorno de Trump al poder el pasado día 20.

Indocumentados dominicanos residentes en Puerto Rico han optado por la deportación voluntaria para evitar males mayores. La persecución contra los indocumentados tiene como precedente más cercano la purga de Edgar Hoover en los 48 años que dirigió el FBI.