Semana

Orto-escritura

Orto-escritura

De la eñe a la zeta, visto por Bruno Rosario.-

María José Rincón, lexicógrafa y académica de la lengua, presentó recientemente su nuevo libro “De la eñe a la zeta”, en el que con sabiduría y donaire trata interesantes temas sobre nuestro idioma.

En el acto de lanzamiento, Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, pronunció un suculento discurso que lamentamos no poder publicar íntegramente. He aquí un extracto:

La autora de la obra lingüística De la eñe a la zeta, María José Rincón González, es una poeta de la lengua. Al usar la palabra “poeta”, no quiero decir que ella escribe versos, sino que mediante el estudio de la lengua, en sus trabajos lexicográficos, sus ponencias y charlas y en todo lo que ella escribe sobre nuestra lengua hace poesía, y uso la palabra “poesía” en el sentido que la usaban los antiguos griegos. Para esos pensadores y estetas la palabra “poesía” significa “creación”: creación idiomática, creación de la palabra, creación de imágenes y conceptos.

Eso es lo que ha hecho María José desde que asumió el cultivo intelectual, desde que se valió de la palabra con un propósito creador, y es lo que ha demostrado en este hermoso libro titulado De la eñe a la zeta: crear con las palabras, ponderar el valor de formas y sentidos léxicos, ilustrar con su sabiduría filológica la creación idiomática de los hablantes de España y de América, de los hablantes de su tierra de origen, Sevilla, y de esta su tierra adoptiva, la República Dominicana, que ella adoptó como parte entrañable de su vida con su lengua, su historia y su cultura, como lo manifiesta este ejemplo que revela su identificación con los dos idiomas: “Inés Aizpún me preguntó en una entrevista cuál era para mí la palabra más hermosa del español dominicano. Nunca me lo había planteado, pero no lo dudé ni un instante. Tumbarrocío, le respondí. Se trata de un precioso sustantivo compuesto con el que se designa a un pequeño pajarito que vuela en nuestros campos y que, al posarse, hace caer gotas de rocío de las hojas. Es una imagen poética creada váyase usted a saber cuándo por un hablante con la suficiente sensibilidad para detenerse a contemplar la naturaleza.

Esta palabra se ha creado por composición, un método tradicional en español para la formación de nuevas voces. El verbo tumbar y el sustantivo rocío se unen para crear una sola voz. Su ortografía también es interesante: el sonido /rr/, representado con r inicial en rocío pasa a ser representado por el dígrafo rr en posición intervocálica en tumbarrocío.

El detalle más interesante es que el verbo tumbar, usado en una acepción característica del español americano, ha sido muy feraz a la hora de generar palabras. Sus compuestos siguen la misma estructura: verbo tumbar + sustantivo complemento directo” (María José Rincón González, De la eñe a la zeta, p. 195).

En efecto, María José Rincón González tiene un concepto lúcido, pertinente y preciso de la naturaleza de nuestra lengua con la aplicación normativa de la ortografía y la gramática bajo un criterio lingüístico y académico. Con su labor lexicográfica, ha hecho un gran servicio al estudio de nuestra lengua al responder consultas hechas a la página electrónica de la ADL.

El aporte lingüístico de María José Rincón ha sido posible porque ella encarna en su sensibilidad y su conciencia lo que distingue a los grandes creadores de nuestra lengua, de cualquier lengua, en todos los tiempos y culturas, como es el hecho de ser copartícipe de lo que he denominado “la savia de la lengua”.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación