El castrato se está generando un nuevo espacio de fagocitación en México, apelando a la fidelidad ideológica del presidente Manuel López Obrador, quien con total desparpajo expresara los elogios más ridículos para con el presidente de paja cubano: “honesto, honrado, capaz, trabajador y excelente ser humano”, el mismo que ha ordenado a paleros del Gobierno a golpear y apresar a la gente que protesta por la falta de libertad y de bienestar, porque llevan vida miserable y desesperanzadora, y al mismo tiempo lo somete al hostigamiento más represivo.

A esta dinastía roja se le han abierto profundas vías de agua en la solución de los problemas más vitales, quedando aislada y con su pueblo pre-amotinado. Cuba ha sabido parasitar a la URSS, a Venezuela, al Brasil de Lula, China Popular, naciones europeas y hasta a USA con políticas económicas y migratorias.

Una de las formas es el alquiler de médicos como verdaderos mercenarios a la que se suma López Obrador y México contratando “500 médicos” para justificar la ayuda que sirve como aire a los gastados pulmones de la desteñida revolución, que ha estado siempre enferma, pero apropiándose de un lenguaje populista para hablar engañosamente y con intimidación al pueblo cubano.

Han optado los dirigentes por esos enganches suaves para obtener importantes retribuciones en completa incompatibilidad con el trabajo productivo y la iniciativa de la gente con el único propósito de reforzar el poder de los aparatos represivos temerosos de una poblada.

El Gobierno está viviendo en el lado oscuro, sumergiendo a los cubanos en todo un viacrucis maldito: hambre, desempleo y todas esas lacras y excesos de la pobreza que genera un sistema político atrasado y corrompido, haciendo de sus trabajadores una peonada mendicante del Estado.

El repudio seguirá vigente mientras bullan las necesidades ante unos gobernantes que sienten todo un vértigo inesperado porque piensan que “su revolución” es un activo y no es más que un lastre.