La historia de las últimas décadas ha revelado que entre nosotros, los dominicanos, las “comisiones” y los “pactos” son dos herramientas políticas utilizadas por los gobernantes cuando, asediados por el pueblo con reclamos para que le resuelvan algún problema grave y complejo, deciden aplacar sus ánimos y diluir el asedio para no enfrentar dicho problema. ¡Siempre salen airosos!

Todos debemos recordar las famosas “comisiones” del doctor Joaquín. Balaguer. Todos hemos vivido, o estamos viviendo, los históricos pactos firmados recientemente: “Pacto para la Gobernabilidad”, “Pacto Eléctrico”, “Pacto del Agua”, etc. y últimamente el “Pacto de Nación”.

Caramba, ¿hasta cuándo seguiremos trillando estos caminos que no conducen a nada? Hoy está sobre la mesa el último de esos “pactos”.

Lee también: Abinader y las encuestas

Pero bueno, las encuestas revelan que más del 85 % del pueblo quiere defender su nación; el Presidente cuando asumió su cargo juró solemnemente que así lo haría y para cumplir su juramento le bastaría con hacer respetar la Constitución y las leyes. ¿Para qué quiere o necesita un pacto? ¿Acaso esas encuestas son falsas y más del 85 % se niega a defender su territorio y soberanía?

Todo parece indicar que sólo una minoría de políticos y empresarios se oponen a esa defensa; son los traidores de siempre. Entonces, ¿qué sentido tiene pactar con ellos? A menos que lo que se busque sea una excusa para justificar el incumplimiento de los deberes patrios, alegando que “la oposición” se opone. De ser así, hay que concluir que estamos bajo el mando de dos grupitos de traidores: el de los “líderes de la oposición” y el de los “líderes del Gobierno” . Los primeros por acción y los segundos por omisión.

Si esa es nuestra triste realidad, esperamos que los propios acontecimientos por venir, con su incontenible fuerza tectónica, hagan surgir, desde las entrañas mismas del pueblo, los auténticos y confiables líderes que necesitamos en estos cruciales momentos.

Por: Ramón B. Castillo Sánchez
ramonbc46@gmail.com