La puso en la diana con su llamado a las naciones más ricas a cubrir los daños ambientales que han causado al planeta. Si las potencias adoptan medidas más ambiciosas y dejan de lado la retórica se puede evitar el colapso que supone para la vida la contaminación ambiental. Su observación no puede ser más atinada.
 
 
 
                                      
                                             
                                             
                                             
                                             
             
             
             
             
             
  
                                 
                                 
                                 
                                 
                                