Las tan necesitadas lluvias que caen sobre el país, aunque han ayudado a minorar la prolongada sequía, también ponen al descubierto la precariedad y vulnerabilidad en que viven miles de familias a orillas de ríos, cañadas y precipicios.
En la imagen, una joven madre cruza con su hija un improvisado puente sobre la cañada Las 800, en Los Ríos, en la capital, para llenar un tanque de gas.