El rebrote que se ha registrado en los contagios del coronavirus es para prevenir y actuar frente al relajamiento de las medidas sanitarias. El riesgo con la propagación de la enfermedad y sus consecuencias para la salud y la economía no es para tolerar ningún tipo de libertades. La población debe ser la más consciente de que debe contribuir con el distanciamiento, las mascarillas y demás medidas que se han dispuesto para evitar los contagios. La nueva cepa detectada en Reino Unido, uno de los mercados europeos emisores de turismo, aporta un ingrediente de más preocupación sobre la crisis sanitaria. Aunque se asegura que es menos letal, pero que se propaga con más rapidez, la cepa ha disparado el pánico, además de congelar el intercambio de casi todos los países con Inglaterra. Pero en la lucha para que se cumpla con el protocolo sanitario también se tienen que evitar los excesos de parte de las autoridades. El Comando Conjunto Unificado de las Fuerzas Armadas que vela por el cumplimiento de las medidas no puede más que actuar conforme a las leyes, sin necesidad de intimidar a la población y mucho menos excederse. Para prevenir alteración del orden público y velar por el respeto al toque de queda no hay que meter miedo, sino exhortar a la población a que cumpla con las normas para contener la propagación del virus. Son muchas las veces en que una oportunidad tiene más efecto que el rigor con que se aplica la ley en violaciones del orden público.

