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PÉRDIDA DE VALORES
El descaro haya fuerte asidero, al amparo del Poder corruptor y la impunidad

<STRONG>PÉRDIDA DE VALORES<BR></STRONG>El descaro haya fuerte asidero, al amparo del Poder corruptor y la impunidad

Para ser un descarado actualizado y al día, lo primero a ejercer es el oficio de “político”. Acto continuo, hay que ponerse donde el capitán te vea, es decir, acudir al recurrente servilismo y mostrar aspiraciones de progreso,  revestirse de una buena dosis de indolencia, y algunas pizcas suficientes de cinismo. Se pueden formar hasta corporaciones  económicas, basta  unos cuantos años al frente de la “cosa” pública.

El descaro es toda una institución en la República Dominicana.

Ahí le hace competencia cerrada al chisme, otra de las grandes instituciones nacionales, debidamente certificadas por la historia.

(El chisme no es una “cultura” como declara un programa televisivo miamense-mexicano sino una aberración con derivaciones crapulosas y en ocasiones,consecuencias homicidas y criminosas).

Más no por ello la gente deja de chismear.

Quien no es descarado está loco, desfasado, es pendejo de amarrar o retrasado mental.

Para ser un descarado actualizado y al día lo primero a ejercer es el oficio de “político”.

Acto contínuo, hay que ponerse donde el capitán te vea, es decir, acudir al recurrente servilismo y mostrar aspiraciones de progreso, es decir, revestirse de una buena dosis de indolencia, algunas pizcas suficientes de cinismo.

Más adelante, es de rigor caerle atrás a un cargo remunerado. 

No se necesita demasiada destreza, porque la virtud está comprendida en el primer enunciado de arriba.

Hay que saber prometer a montones y saber asimismo aguantar la risa ante tu propio chiste.

Una de las promesas más famosas y recreadas con sorna por más de un observador atento es la promesa de que al país vendrán diez millones de turistas el año que viene.

Es posible que vengan más, pero a condición de que haya una catástrofe, pues se ha universalizado el morbo de ver gente retorciéndose de dolor, muriéndose en una cama y caminando sin orientación por la vía pública tras un desastre colosal.

Todo candidato sincero arriesga seriamente el puesto al que aspira sólo con cantar un par de verdades.

El mimetismo es imprescindible a la hora de candidatearse y el decir que se va a cambiar todo por vía de una magia insólita es  de rigor.

El ejercicio profesional del cinismo permite esconder bien los dineros ajenos puestos bajo la responsabilidad del político de turno.

Se pueden formar hasta corporaciones de amplio espectro económico.

Basta permanecer unos cuantos años al frente de la “cosa” pública.

Porque eso es lo que resulta: una “cosa” manejable, manipulable, inacabable, un cofre estupendo que se puede vaciar impunemente y convertirla en mansiones de ensueño, en viajes de lujo, en cuentas bancarias de grandes ligar, todo  en nombre de las ideas venerables de un venerable anciano que, para mejorarlo todo, se halla bien muerto y por tanto, incapaz de responder por uno sólo siquiera de los desafueros, desatinos, trasiegos enormes con el poder, robos descarados, protección de delincuentes y complicidades con otros sin que a nadie en la Justicia ni en el gobierno le conmueva tal conducta aberrante,indolente, descarada y vulgar.

Al contrario, esos prohombres deben ser defendidos encendidamente por los abogados más deslumbrantes que, por cierto, desde sus poltronas anticorrupción, cobran bastante bien.

EL DATO

La defensa

Esos prohombres  deben ser defendidos encendidamente por los abogados más deslumbrantes que, por cierto, desde sus poltronas anticorrupción, cobran muy bien.

El Nacional

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