Opinión

Pestañear del pollo

Pestañear del pollo

Antes de lo que tarda en pestañear un pollo, el mercado del petróleo mundial ha cambiado radicalmente después de otro atentado de una milicia yemení en Arabia Saudita contra la petrolera Aramco, la más grande del mundo.

Los rebeldes hutíes se responsabilizaron de los bombardeos con drones a dos instalaciones clave de la petrolera saudí, que provocaron incendios en la planta de procesamiento de Abqaiq, lo que obligó a la empresa a interrumpir la producción de 5,7 millones de barriles al día.

Al día siguiente de ese atentado, el presidente Donald Trump ordenó liberar la reserva de petróleo de Estados Unidos para hacer frente a una drástica reducción de la oferta del crudo, pero horas antes el secretario de Estado, Mike Pompeo, acusó a Irán de estar detrás de ese acto terrorista.

Al fragor de la intensa campaña electoral de cara a las primarias del 6 de octubre, Gobierno ni partido prestan atención a un acontecimiento que tendría repercusiones negativas sobre la cuenta corriente de la balanza de pagos por la posibilidad de que se incremente el precio del petróleo.

No hace mucho que analistas económicos estimaban que la franja de precio del petróleo de referencia para República Dominicana se mantendría entre 55 a 60 dólares el barril, un cálculo menor al consignado en el Presupuesto General del Estado, que fue de US$62.0, pero ahora la incertidumbre cubre esas predicciones.

Un pequeño grupo religioso fundado en Yemen a principios de los 90 ha devenido en una temible banda armada que se atribuye tres ataques con drones que causaron serios daños a las instalaciones de la refinería más grande del mundo, lo que obligó al gobierno de Arabia Saudita a admitir que solo podrá suplir menos de tres millones de barriles diarios.

Aunque Estados Unidos libere parte de su reserva de petróleo, el precio del crudo marcharía al alza porque el petróleo estadounidense es uno de los más caros del mercado mundial y por la incertidumbre que provoca el nivel de destrucción causado a la refinería saudí y la posible represalia de Washington contra Irán, a cuyo gobierno considera instigador de esos ataques.

Ante tan perturbador cuadro mundial, lo menos que se reclama es que Gobierno, Autoridad Monetaria, clase política y liderazgo empresarial acuerden aplicar medidas preventivas para que un posible impacto relacionado con alzas desmesuradas en el precio del petróleo no tenga efectos devastadores sobre la economía dominicana.

El Nacional

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