Opinión Articulistas

Populismo y celebridad

Populismo y celebridad

José Antonio Aybar

En esta época del ejercicio político entendido como espectáculo, el populismo salvaje está haciendo mella en instituciones otrora vistas con modélica religiosidad.

La democratización del internet ha provocado un aumento sin control de nuevos medios de comunicación en los que proliferan individuos que tienen como meta extinguir el buen lenguaje, el buen decir, los principios de convivencia y moralidad, con una propensión a la denominada catástrofe maltusiana.

En la década de 1800, el economista británico Thomas Robert Malthus teorizó sobre el crecimiento de la población mundial en la que proponía intervenir con obstáculos represivos el nacimiento de nuevos seres para evitar la pauperización gradual de la especie.

Esta teoría encuentra hoy adeptos en los mensajes que envían organismos mundiales a través de una supuesta agenda democrática, liberal y pluralista, que revela todo un entramado donde los más débiles llevan las de perder.

En esa agenda, el populismo, la polarización y la postverdad juegan un papel determinante, sustentado en esa democratización de los medios y la inobservancia de las normas por parte de quienes están supuestos a hacerlas cumplir.

Es como si la teoría maltusiana encuentra adeptos en los organismos reguladores de los medios de comunicación, donde la vulgaridad no sólo ha permeado lo digital, sino que, como un virus sin cura, ha contaminado gran parte de los medios tradicionales.

En esta vorágine, el político devenido en celebridad no ve más allá de una fanaticada que, alimentada con pan y circo, todo lo aplaude, mientras el tejido social pierde inmunidad y sucumbe ante esos obstáculos represivos de los que habló Malthus.

En tanto que, la parte sana de la sociedad está atrapada en un domo sin salida, expuesta por obligación a la degradación sin freno que propagan ciertas figuras estercoleras, con la anuencia de celebridades políticas promotoras de la vulgaridad y el desorden comunicacional como “herramientas de poder”.