Opinión

Presencia económica

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Petróleo a la carta
Es innegable que el petróleo, además de ser la principal fuente energética que alimenta los procesos productivos en todos los países del mundo, siempre ha sido visto como arma económica en el escenario de la geopolítica. El derrumbe de los precios internacionales del petróleo ha erosionado las finanzas públicas de importantes productores y exportadores del crudo, a la vez que se ha transformado en un fenómeno económico generador de protestas sociales y políticas persistentes en países donde sus ventas constituyen una fuente fundamental para la captación de divisas internacionales.

La abrupta caída del crudo (que en junio de 2014 llegó a venderse en 115 dólares, pero que en el presente se ha situado por debajo de los 40 dólares el barril) ha erosionado las finanzas públicas de los países productores y exportadores del llamado oro negro, pero al mismo tiempo ha sido una bendición para los Estados que, como la República Dominicana, son importadores (compradores) netos del producto.

Teóricamente el abaratamiento del petróleo debería ser una palanca impulsora de la recuperación de una economía mundial que todavía no logra superar los efectos adversos de la Gran Recesión (2008-2009) toda vez que de esa manera se reducen los costos de los bienes y servicios que se producen tanto en las economías industrializadas como en las subdesarrolladas.

Pero hay un aspecto en la economía del petróleo que deseamos destacar: La caída en picada de los precios del petróleo puede ser utilizada como un arma económico-política por países que cuentan con una gran dotación de reservas energéticas. Pensemos en Estados Unidos y Arabia Saudita, para sólo citar dos casos.

EE.UU. se ha convertido en el principal productor petrolero del mundo dejando atrás a Rusia y Arabia Saudita gracias a la aplicación de la tecnología de fracking, procedimiento que facilita la extracción del crudo y de gas a través de fracturas provocadas en la roca por medios hidráulicos y químicos.

El fracking ha colocado a la tierra de George Washington en la cima de la producción mundial de petróleo al extraer 11,6 millones de barriles al día durante el 2014, cifra que podría quedar superada al concluir el año 2015. Además, la principal potencia económica del globo terráqueo marcha hacia la autosuficiencia energética, toda vez que con esa producción satisface el 90 por ciento de la demanda interna.

Estados Unidos aumenta la producción y la acumulación de reservas de petróleo dentro de su geografía nacional. En efecto, unos 700 millones de barriles se encuentran almacenados en una red subterránea de 13 cañerías integrando la llamada Reserva Estratégica de Petróleo, la cual es un componente de la política exterior norteamericana.

Hay quienes sostienen que esas enormes reservas petroleras de EE.UU. podrían ser utilizadas en cualquier momento como un «arma económica de destrucción masiva» para deprimir más los precios del crudo.

Pero si los precios del petróleo siguen su tendencia a la baja y se estabilizan en la franja de los 40-30 dólares el barril durante el 2016 entonces estaríamos en presencia de un escenario difícil para el desempeño económico de muchos países productores y exportadores de petróleo, con todas sus implicaciones socio-políticas.

El Nacional

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