¿Aló? ¿Banco Central?
Ha hecho bien el Banco Central de la República Dominicana en disponer que todas las empresas con las terminales de puntos de ventas (Tpos), mejor conocido por los dominicanos como “verifones”, exclusivos para pagos en dólares procedan, dentro de los 90 días contados a partir de la divulgación de la Circular 12118, de fecha 25 de agosto de 2016, a realizar los ajustes necesarios para cambiarlos a pesos dominicanos, precisando que el uso de la moneda nacional es obligatorio en todo el territorio dominicano.
El Banco Central expresa en una publicación del 17 de septiembre lo siguiente: “el Peso Dominicano es la moneda oficial de la República Dominicana y su efecto liberatorio para el pago de deudas y obligaciones, así como para la adquisición de bienes y servicios, se extiende sin excepciones por todo el territorio nacional; esto, sin perjuicio de la libertad de referencia a otras monedas, basada en la tasa de cambio vigente al momento de realizar la transacción. Este tratamiento es similar al de todos los países de la región, excepto aquellos cuyas economías están dolarizadas.”
Desde hace tiempo en la República Dominicana se ha disparado el número de establecimientos comerciales que hacen uso de máquinas conocidas como “verifones” exclusivas para pagos en moneda extranjera. Y no son pocos los proveedores que están exigiendo a los consumidores que los pagos con tarjetas bancarias “sean efectuados exclusivamente en moneda extranjera, limitando así los derechos del consumidor a pagar en la moneda nacional de curso legal.”
Y es que el uso recurrente de facturar pagos en dólares en lugar de pesos dominicanos, como debe ser, “genera demandas adicionales de dicha moneda, como resultado del canje de pesos por divisas, pudiendo afectar las fluctuaciones normales en el mercado cambiario”. Porque la tasa de cambio mide la cantidad de pesos que se deben pagar por una unidad de moneda extranjera, la cual, en el caso que nos ocupa, es el dólar.
Téngase en cuenta que cuando la oferta es mayor que la demanda hay muchos dólares en el mercado y pocos compradores, por lo que la tasa de cambio baja; mientras que si existe menos oferta que demanda entonces se produce una escasez de dólares y abundancia de compradores, lo cual incidirá para que la tasa de cambio suba.
Y durante mucho tiempo los consumidores dominicanos han sido víctimas de maniobras fraudulentas por parte de numerosas empresas y negocios que calculan los precios y los pagos con tarjetas de crédito en dólares, estando obligado el usuario a comprar dólares para poder saldar esas deudas. De esa manera el mercado de divisas se ve presionado por una creciente demanda de dólares.
Con razón el Banco Central dominicano procura que los pagos a través de “verifones” se realicen en pesos dominicanos, tomando como referencia la tasa de cambio del día en aquellos casos en que el precio del bien o servicio esté referenciado o fijado en una moneda extranjera.
Se dice que más vale tarde que nunca, pero esa sabia decisión del Banco Central de valer tanto la Constitución como la ley monetaria y financiera No. 183-02 debe ser saludada por todos los sectores económicos que no se lucran con la especulación monetario-financiera.