Al denunciar que es perseguida desde que asumió el caso Calamar, que involucra a exfuncionarios en un supuesto desfalco por más de 19 mil millones de pesos, la juez interina Ana Lee Florimón ha debido ser más específica para despejar conjeturas.

En modo alguno se puede dudar que sea perseguida, como dijo, por un carro color blanco, pero ha llamado la atención que haga la denuncia después que se acogiera su recusación por supuesto exceso y parcialidad en el proceso que tiene como principales imputados a los exministros José Ramón Peralta, Donald Guerrero y Gonzalo Castillo.

Como magistrada ha debido ofrecer todos los detalles a las autoridades tanto para proteger su integridad y las de sus familiares como para identificar y capturar a los persecutores.

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El Ministerio Público la recusó por entender que su actitud en el caso Calamar no se correspondía con las normas jurídicas.