Opinión

Presisamente

Presisamente

Reelección constitucional

 

Se, que la palabra reelección que en el pasado consiguió un eco considerable, ahora no será igual, existe un estado de conciencia colectivo que rechaza ese epíteto, Por primera vez y única vez en mi vida, puedo afirmar que las teorías no siempre delatan sus orígenes ni tampoco presagian su destino.

A lo largo de años se critico al fallecido Presidente de la Republica Joaquín Balaguer, porque con el desenfado que le era peculiar, llego a decir, en algún instante, que la Constitución de la Republica no era más que un pedazo de papel; pero quien se despoje de animaversiones tardías y de recelos eternos, y en cambio, acuda a revisar el contexto social y político en que aquellas expresiones se pronunciaron, no tardara en darse cuenta de que el legendario político no demeritaba a la ley fundamental de la Republica, sino que criticaba a una clase política nacional que, por años no ha hecho más que reírse de las leyes a costillas del pueblo.

No hay que buscar con lupas en las páginas de la historia del país para darse cuenta que esa tendencia no fue propia de los hijos de la Republica del ayer, sino que, las bregas que tiene que pasar la Constitución son bregas de todos los tiempos, por lo mismo que aseguro en su momento el viejo patriarca político, porque el dominicano no respeta las leyes y la ley fundamental la tiene para brillarse los zapatos o para acudir sin pena alguna, ni por el dolor de la gloria de la patria, a lugares a los cuales debíamos acudir con otros papeles, sobre los que no hayan sudado las seseras mas encumbradas del pueblo.

Ahora mismo se lleva y se trae el tema de la reelección sin mayor es miramiento, en lo que constituye una reivindicación moral para el viejo caudillo, quien no tuvo que modificar el texto legal para reelegirse, pues llegado tras cubrirse las heridas de la Patria, hizo aprobar una ley fundamental sin limitaciones para lo relativo a las propuestas de candidatos a la presidencia de la Republica que, bajo tal paraguas, podían lanzarse tras la silla presidencial sin andar con los remilgos legales que ahora entorpecen esa posibilidad de reelección.

Ya hubo una primera reforma durante un ejercicio desde los integrantes de un partido político de los que, desafiantes frente a Balaguer proclamaban que nadie debía buscar reelecciones; y ahora, desde otro litoral de igual tendencia, también se levantan las voces que desean que se vuelva a modificar la ley fundamental.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación