Los hechos
A Vladimir Lenin se le atribuyó decir que “los hechos son tozudos”, una verdad que parece recrearse con las realidades que se tejen alrededor de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la nacionalidad dominicana. Al conocerse ese fallo, la Cancillería haitiana llamó a consulta a su embajador aquí y requirió la presencia del embajador dominicano en Puerto Príncipe para que explicara los efectos que tendría esa sentencia sobre miles de ciudadanos de origen haitiano.
No conforme con ello, una comisión de legisladores del vecino país, encabezada por el presidente del Senado, vino a la capital y desde el augusto salón del Senado dominicano, el titular del Senado haitiano advirtió al Tribunal Constitucional, al Congreso y al Gobierno que esa decisión afectaría a 480 mil de sus nacionales y que tendría repercusiones a nivel internacional.
Aunque admite que el Tribunal Constitucional es soberano, el senador Simón Dieuseul, advierte que la aplicación de esa sentencia tendría un matiz político. Como puede verse, es tan amplio el espectro de democracia del Estado y Gobierno dominicanos sobre el valor de sus buenas relaciones con Haití, que el liderazgo del vecino país no siente ningún temor de decir o advertir lo que considere en el mismo traspatio dominicano. Los hechos son tozudos.