Al recibir el proyecto de reforma fiscal, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, dijo lo que tenía que decir y que se espera que haga, que es estudiar la pieza con detenimiento.
Como político ducho Pacheco sabe la envergadura del proyecto y, sin renegar de su importancia, los múltiples intereses que afecta.
Sería entonces una estocada a la conciencia ciudadana que los legisladores oficialistas se apoyen en su mayoría para imponer sin revisar el proyecto con el que el Gobierno procura recaudar entre 110 mil y 120 mil millones de pesos para enfrentar múltiples necesidades.
Sin necesidad de entrar en detalles es obvio que existen algunas cargas, y pudiera decirse exenciones eliminadas cuyo impacto amerita de un profundo análisis.
En el conocimiento de un proyecto tan controversial es claro que la prudencia se impone.