Como símbolo de la pasada gestión y los múltiples cuestionamientos que han rodeado su construcción, las plantas de carbón de Punta Catalina han estado permanentemente en el foco del debate.
Cuando no ha sido por los supuestos sobornos que se pagaron para su construcción, lo ha sido, como en el presente caso, por alegadas fallas técnicas.
En medio de la tanda de apagones que tanto irrita a la población, el administrador de la termoeléctrica, Serafín Canario, anticipó un nuevo conflicto al anunciar que la unidad 1 estará fuera de servicio por otros seis días a causa de “fallas graves” que venían arrastrándose desde el pasado Gobierno.
Canario fue muy enfático al advertir que el consorcio encabezado por la constructora Odebrecht tendrá que responder por las fallas conforme a lo establecido en el contrato de garantía.
Habría que ver ahora si no aparece algún acuerdo que exonere a los constructores de los problemas como la inhabilitación del sistema de control de aire de la unidad.
A pesar del escarceo cierto velo de misterio ha rodeado desde un primer momento la construcción y operación de las unidades, en torno a los cuales en esta ocasión hay más que un debate de prensa.