La historia de un conductor que hirió de bala a una niña de 12 años, al disparar dos veces contra un vehículo en el que viajaban una mujer y tres menores, por un simple accidente de tránsito en la avenida Abraham Lincoln, pone en evidencia los preocupantes niveles de violencia o estrés que agobian a la ciudadanía.
En vez de levantar un acta policial con las incidencias de ese percance y comunicar a la compañía de seguros sobre la magnitud de los daños, el individuo, que transitaba en un carro con su esposa y dos hijos, optó por agredir a balazos a los pasajeros del otro vehículo.
Hay que suponer el grado de ira que afectó a ese conductor, que desmontó a su familia del carro para perseguir a la dama que conducía una yipeta, a la que alcanzó en la esquina de la calle Jacinto Mañón, donde hirió a la niña de un balazo con entrada y salida en una pierna y rozamiento en la otra.
El obvio que la tragedia pudo ser mayor, pues en el vehículo agredido que conducía la señora Ángela Muñoz, tía de la niña baleada, viajaban otros dos menores, lo que demuestra un olímpico desprecio por la vida del atacante.
Son numerosos los casos de accidentes de tránsito, querellas por uso o posesión de estacionamientos o cualquier otro impasse de simple policía que degeneran en violencia con saldo de muertos y heridos. ¿Qué sucede? ¿Por qué tanta violencia?
La conductora del vehículo envuelto en el accidente regresaba de celebrar un encuentro navideño en el colegio donde estudia la niña agredida, mientras su agresor también viajaba con su familia, por lo que no se explica que el individuo disparara con evidente intención de causar una tragedia.
Muchas cuartillas se llenarían con la sola mención de sucesos de hombres que asesinan a su pareja o pretendiente; amigos que se matan entre sí, hijos que agreden a sus padres y otros muchos episodios que tipifican un estado ciudadano de irracionalidad
Psiquiatras y psicólogos deberían poner atención a lo que podría definirse como un extendido estrés ciudadano que provoca cotidianas escenas de violencia, como la del conductor que por un simple accidente de tránsito la emprendió a balazos contra los ocupantes de otro vehículo ocupado por mujeres y niños.

