Gestión Obama
Duro castigo
Los pronósticos se cumplieron en las elecciones del martes para renovar los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 36 de los 100 del Senado y 36 de los 50 gobernadores: el Partido Republicano se quedó con el control del Congreso en un acentuado voto de castigo contra la gestión del presidente Barack Obama.
Tras la derrota, el margen de maniobra del gobernante se reduce a su mínima expresión en los dos años que le quedan para concluir su mandato.
La reforma migratoria que no pudo convertir en realidad ni siquiera cuando su partido controlaba las dos cámaras legislativas quedará como un sueño que se esfuma. En la posición en que han quedado los republicanos buscarán rentabilizar para las presidenciales la derrota que han propinado al mandatario en una coyuntura en que la economía pasa por buen momento. La popularidad de Obama venía en picada, pero la caída se acentuó a raíz de la crisis del ébola.
Se le cuestionó por no actuar con la celeridad ni tomar las medidas que ameritaba la epidemia. Los republicanos ya habían arrebato a los demócratas el control de la Cámara de Representantes, pero al alzarse ahora también con el Senado el camino para recuperar el poder es mucho más expedito.