No se pueden negar las carencias con que trabajan las enfermeras desde mucho antes de la irrupción del coronavirus. Los recursos, a pesar de los equipamientos, han brillado por su ausencia en la mayoría de los hospitales públicos.
Puede ser rigurosamente cierto que las enfermeras trabajen, como dicen, a “mano pelá”, pero de ahí a que han tenido que usar sostenes como mascarillas hay mucha diferencia.
Tal vez en interés de presionar a las autoridades para que se les proporcione protección y herramientas, las presidentas de la Asociación Nacional de Enfermería y el Colegio Dominicano de Profesionales de la Enfermería han exagerado la nota.
No tendrán todo lo que necesitan, pero consta que las enfermeras tampoco están tan desprovistas como alegan las gremialistas Francisca Peguero y Antonia Rodríguez.
De todas formas el grito de las presidentas de las dos organizaciones debe ser escuchado por las autoridades y entender que para una labor más eficaz en la lucha contra el coronavirus el personal de salud requiere de mejores condiciones.
Por más que quieran servir si no cuentan con el kit de protección y las herramientas necesarias es muy poco lo que podrán hacer en la lucha contra la pandemia.
La misma queja la han externado médicos y otros profesionales de salud, lo que indica que ciertamente no se está trabajando en los hospitales en las mejores condiciones. De hecho se ha denunciado que muchos profesionales se han contagiado en los hospitales.
